martes, 20 de marzo de 2007

Mi mamá es un robot

---¿Sabes por qué no tienes novia?
 
¡Guau, estoy a punto de descubrirlo! ¿Se imaginan? El gran secreto está a punto de serme revelado. Pero antes, déjenme presentarles a mi pitoniso, aquel que está a punto de enseñarme todos los misterios de la vida.
 
Se trata de Gonzalo. Antes ya conté por aquí cómo a veces ayudo a mi mamá en el tema de la movilidad escolar. En esa ocasión, incluso les presenté a Carolina, su adorable sonrisa y sus inocentes tres añitos. (Hoy la volví a ver y está igual de radiante; además, ahora habla más y me dijo: "Tengo tres años; voy a cumplir cuatro", al tiempo que cambiaba los tres deditos que me enseñaba por cuatro).
 
Bueno, la cosa es que ya comenzó nuevamente el año escolar en el Perú, y ahora estaré ayudando más de cerca en esto de la movilidad (por lo menos así parece). Y este año tenemos una nueva adquisición: Gonzalo.
 
Gonzalo tiene 4 años, va al kinder  y es un conversador nato. Pero no solo eso. Gonzalo, además, tiene una imaginación del caramba, como dicen en Brasil. Lo que más le gusta es contar historias, y todos los días les cuenta a mis padres una nueva (bueno, si tiene ganas), en la que los protagonistas son todos quienes tenga a a la mano en ese momento. De hecho, cuando lo conocí se puso a contarnos una historia sobre Charlie y la fábrica de chocolate, en la que él era Charlie, y todos los demás éramos oompa-loompas. Interesantísimo. Ojalá que pronto pueda tener algún registro gráfico del pícaro de Gonzalo.
 
Bueno, la cosa es que hoy también lo vi. Y mientras esperábamos a que sus profesoras del kinder  tuvieran a bien dejarlo entrar, se me quedó mirando y me preguntó lo que puse arriba.
 
---¿Sabes por qué no tienes novia?
 
Ya se imaginarán mi curiosidad. Vaya, finalmente estaba a punto de descubrirlo.
 
---No. ¿Por qué? ---le respondí.
 
Entonces miró a izquierda y derecha, hizo que me agachara hasta poner mi oreja al nivel de su boca y, muy seriecito y con mucha gravedad me dijo quedito, como si fuera el secreto más importante de la historia:
 
---Porque tu mamá es un robot.
 
El mundo se me hizo mil pedazos. Miren, pues, y yo recién lo descubría...
 
---Sí. Tu mamá es un robot y ella sigue órdenes de su jefe, que es malo.
---¿En serio?
---Sí. Y tu mamá es la señora L., y el robot también se llama L., pero tu mamá verdadera está encerrada.
---¿De veras?
---Sí. Y tu mamá verdadera está encerrada porque el malo la encerró.
---Ajá.
---Y tu mamá te quiere matar.
---¿Me quiere matar?
---Sí, te quiere matar porque es un robot, porque el jefe que tiene quiere que tú seas cada vez más chico y por eso te está haciendo cada vez más chiquito.
 
¡Hombre!, está bien que yo no sea muy alto, ¡pero no es para tanto!
 
Fuera de bromas, estoy seguro de que algún psicoanalista ansioso haría algún festín con esta descripción de Gonzalo y el compejo de Edipo y demás bobadas. Pero como nosotros no creemos en esas tonterías, podemos tener la simple y gran alegría de disfrutar de la maravillosa imaginación de este niño y, sobre todo, de su purísima libertad para crear historias, para hacernos sonreír y para dejar volar su imaginación.
 
Y es que Gonzalo está en esa etapa de la vida en la que no hay ataduras, no hay trabas, no hay problemas para ser uno lo más auténticamente libre posible. Mala la hora en que nos dejamos atrapar por una serie de complejos y trabas que nos restan libertad. Habrá que esforzarnos por dejarlas de lado. Pero los niños, como Gonzalo, nos recuerdan que es otra la forma en que vinimos a este mundo, otra es nuestra verdadera identidad, creada para algo grande. Nos recuerdan que otro es nuestro horizonte.

viernes, 16 de marzo de 2007

Ring... Ring... ¡¡RIIIIIIING!!

(Artista invitado: Edgard)


De vez en cuando alguien tiene a bien aligerarme un poco el trabajo.
Disfruten la prosa de nuestro invitado de hoy.


Trabajo en una compañía dedicada a preparar reuniones de todo tipo; eso quiere decir fiesta de bodas, inauguración de la empresa, lanzamiento de la nueva gaseosa, anfiteatro en la playa, cumpleaños de la señora Menganita, cumpleaños de la nena...

Bueno ya entendieron, ¿no? Ahora pasemos a la historia. Era un día lunes. Como es costumbre en todos los lugares del mundo, empieza el lunes y la frase que te pasa por la cabeza es "¡Rayos, es lunes! ¡Faltan cinco días para el fin de semana!". ¿Sí o no? ¡No se hagan los locos!

La cosa es que en la oficina, mi jefe tuvo la grandota idea de traer la central telefónica, porque últimamente andamos sin secretaria... y, bueno, para ser francos, no necesitamos, pues varios ya asumimos esa misión.

Continuando con la historia, estaba yo en mi oficina con un montón de papeles en el escritorio, coordinando unas cosas por radio. En fin, tenia la cabeza dividida en ochenta mil. Suele pasar cuando uno trabaja, sobre todo aquí, en esta empresa, donde uno tiene que estar muy pendiente de los detallitos.

Bueno, en este contexto suena el teléfono. Claro, sonó mientras yo estaba hablando por radio.

---Espérame un ratito ---tuve que decirle al jefe de obras, con quien hablaba. El jefe de obras estaba en una playa al sur, a una hora y media de Lima, armando uno de nuestros escenarios para un lanzamiento grande---. Está sonando el teléfono de la oficina. Sigue revisando las cosas: ¡tienes que encontrar ese material!
---Oquéi, pero te repito que no lo encuentro. ¿Estás seguro de que lo mandaste? ---replicó. El material que se le había perdido (y que tenía que encontrar) era nada menos que la estructura del escenario.
---Si, revisa. Espérame un ratito, por favor.
---Está bien.

Entonces contesté el teléfono.

---Buenos días. Contesta Empresa Beta.*
---Buenos, ¿es la empresa Alfa? ---la voz de una señora.
---No, esa empresa ya no existe. Hemos cambia...
---Gracias.

Clic.

---...do de nombre. ¿Aló? Ay, ay, ay... Bueno.

Volví al radio.

---¿Y encontraste el material? ---pregunté.
---No.
---Sigue buscando.
---Ya. Te aviso si lo encuentro.
---Perfecto.

De pronto...

Ring... ring... ring...

---Buenos días, Empresa Be... ---volví a contestar.
---Buenas. ¿Es la empresa Alfa? ---era la misma señora.
---Señora, ¿qué tal? Esa empresa ya no existe, hemos...
---¡Pero si me dieron este número!
---Sí, por eso, déjeme explicarle. Hemos cambiado de nombre jurídico, ahora...
---Pero ¿aquí trabaja el arquitecto Fulanito?
---Sí, pero en estos momen...
---Páseme con él. ¡Necesito hablarle urgentemente!
---Le estoy diciendo que en estos momentos el arquitecto no se encuentra porque...
---¡¿Pero qué no me quieren atender?! Llamo a su celular : ¡no contesta!; llamo a su oficina: ¡no me quiere contestar! ¡¡Es el colmo!! ---gritó.
---¿Perdón? ---mi cara era un signo de interrogación---. Señora le estoy diciendo que...
---¡No puede ser: uno tiene que estar correteándolos para que lo atiendan!

¡Paf!

---Pero, señora...

Ya se imaginan qué palabras pasaron por mi mente: ¡uno no es de metal! Uno siente, se estresa... Pero como uno trata de ser cristiano, recuerda que ante todo están la paciencia y el respeto a la otra persona. A eso súmenle que estamos en Cuaresma y que hay que vivir la caridad con el prójimo...

Volví al radio.

---¿Apareció el material? ---un hilo de esperanza en mi voz.
---¡Pues te tengo buenas noticias! ---me contestó el jefe de obras emocionado.
---¿Qué pasó?
---¡Sí, el material estaba acá!
---¿Ya ves? ¿Cómo se te iban a poder perder unas vigas?
---Sí, pues, lo que pasó es que no las dejaron donde les dije.

Entonces tuve un repentino mal presentimiento.

---Oye, ¿cuántas vigas tienes?
---Nueve. Por eso necesito que me mandes una mas: te pedí diez.
---¿Seguro? A ver, déjame ver en el pedido.

Ehhh... no sé si capten la idea, pero es que algo olía mal. Ah, ya sé cómo podrían captarla: es que me olvidé de decirles: cada una de las diez vigas medía más de seis metros de largo, y medio metro de alto. Y en momentos como este uno piensa: "¿Cómo rayos es posible que se le pierda una viga a alguien?".

¿En verdad creen que una viga como esta se podía haber perdido?
(¿Se fijaron en el tamaño del hombrecito?).

Estaba seguro de haber enviado las diez vigas a la playa. De todos modos, busqué la orden de envío para corroborar. Estaba en eso, entonces, cuando de pronto...

Ring... ring... ring...

Paciencia y buen humor.

---Buenos días. Empresa Be...
---Buenas. ¿Empresa Alfa? ---sí, adivinaron: era la misma señora.
---¿Cómo está, señora? ---me esforcé en sacar mi mejor sonrisa---. Querida señora, le ruego que me preste atención un momentito. Mire, le comento que el arquitecto Fulanito no se encuentra en estos momentos. Él está en el sur, en una obra que estamos realizando por allá. Sin embargo, si usted desea puedo tomarle el mensaje y con gusto se lo haré llegar.

¿Me van a decir que no fue como se tiene que hacer? Vamos, si fue con respeto, delicadeza, caridad, siendo servicial... ¡hice todo bien!

---Si, muchas gracias. Dígale nomás que lo llamé.

What??! ¡¿Solo para eso está llamando?! ¡No puede ser!

---Está bien. ¿Me deja su nombre, por favor? ---nótese en la delicadeza de la respuesta. Qué tal tino. Díganme si no merezco un premio a la paciencia.
---Me llamo Fulanita de Tal.
---Muchas gracias. Dígame, ¿el arquitecto tiene su numero de teléfono para que le devuelva la llamada?
---Si, gracias.

Clic.

Vaya. Problema uno: solucionado... por lo menos hasta ahora. Vamos de vuelta con el material.

Tomé el radio nuevamente.

---Y, bueno, ¿encontraste la viga que faltaba?
---No.

¡Ah, no! ¿Qué cosa?

---¡¡Pero no puede ser!! ¡Aquí en la guía de envío dice clarito que te hemos mandado las diez vigas que pediste!
---Pero no está. Solo tengo nueve. No voy a poder armar el escenario ahora: ¡el lanzamiento es hoy en la noche! Tienes que mandarme una viga más de inmediato.
---¡¡Olvídate!! Ahorita no disponemos de un camión para mandarte la viga. ¿Y sabes qué? A mi lado está Zutano, que me dice que él mismo te ha enviado las diez vigas que solicitaste...
---Ehhh...
---...¡es imposible, te repito, im-po-si-ble que se pierda una viga!
---¡Pero no está!

¿Se imaginan todo lo que uno piensa en esos momentos?

---Bueno déjame ver que puedo hacer ---me di por vencido---. Te llamo en diez minutos.
---Ok ---contestó el jefe de obras.

En esos momentos uno realmente se estresa y no sabe a ciencia cierta qué pasó, quién se equivocó, ¿cómo mando esa viga que falta...? Ya se imaginan el momento.

Entonces vuelve a sonar el radio. Era el jefe de obras... algo nervioso.

---Esteeee... ejem... Ya no te preocupes. Ya encontré la viga ---dijo emocionado.
---¿Ah, si? ---¡Ufffff!---. ¿Dónde estaba?
---Estaba aquí...
---¿Hmmm?
----Esteee... lo que pasa es que estaba sentado en ella.

Hay frases que uno jamás olvidará en la vida. Esta es una de ellas.

---Pero ya no te preocupes ---intentó tranquilizarme---: lo importante es que apareció.
---¡Oye rermrmrmrmrmrmrmrm...!
---...
---Bueno, oquéi, gracias.

Clic.

Ven, uno a veces pierde la paciencia: "Lo importante es que apareció".

Fuera de bromas, uno en el trabajo pasa por una serie de anécdotas en las que siempre tiene que ser aquel que sepa dar una pronta respuesta, ya que es necesario. Ahora bien, es importante comprender que a veces uno tiene que soportar, como lo hizo Jesús, todas las cosas que pasen, sean grandes o pequeñas, pues quien es fiel en lo poco es fiel en lo mucho.

Estamos en Cuaresma, y a veces se nos ofrecen ocasiones para vivirla con humildad y paciencia. Pensemos en cuántas cosas nos pasan en el trabajo a las que siempre reaccionamos de mala manera. Bien, pues hagamos que eso cambie; seamos de quienes se vuelven servidores de los demás, y propongámonos ser humildes y sencillos. Recordemos que el Señor se hizo sirviente de sus apóstoles para demostrarles que Él vino no para ser servido sino para servir. Sigamos su ejemplo en esta Cuaresma y seamos sencillos como Jesús nos enseñó.


Edgard



* Nombre ficticio, obviamente, como el otro lo es también.

jueves, 8 de marzo de 2007

Compromisos

Conversación telefónica entre uno de los dos mejores amigos que tengo en el mundo y yo. Me está proponiendo algo.
 
---...es el congreso que organizamos todos los años... ---me explica.
---Ajá...
---...y yo voy a ser el coordinador general una vez más....
---Ajá...
---...y, entonces, voy a necesitar que estés ahí.
---Ajá.
---¿Ya me entendiste, no?
---Ehh... ---la verdad es que soy bien vruto, debo confesar.
---Voy a necesitar que me ayudes, que estés los tres días con un radio de aquí para allá, ayudándome a coordinar todo in situ. ¿Me entendiste de qué se trata?
---No, pero ya me explicarás con más calma.
---Sí, no te preocupes. Entonces, ¿puedes?
---Sí, claro. Dale. Cuenta conmigo.
---Bacán* ---dijo con alivio---. Entonces separa tus fechas: 5, 6 y 7 de octubre, en el colegio donde fue el año pasado.
---Ajá... Ehh... sí, sí creo que voy a poder ---yo lo dije por si acaso, ¿vio? Hay que ser prudentes, uno nunca sabe...
---¿Cómo que "creo"? Oye, sonso, te estoy avisando con uno, dos, tres... ---se puso a hacer cálculos--- ...¡con siete meses de anticipación!
---Bueno, sí. Digo, es que yo no sé si pase algo para esas fechas, ¿ves? Pero sí, en principio sí. ---Lo dije por molestar : obviamente que ya me estaba comprometiendo. Pero cuando uno tiene ganas de fastidiar un rato... Y lo logré.
---¡¿Qué te va a pasar, oye, imbécil?!
---Bueno, no sé... de repente el papa Benedicto se entera de Fuera de Bromas y al rato dice: "¡Oye, lo quiero a ese Kike en Roma mañana mismo!" y, caballero, nomás, tengo que estar ahí.
 
Un segundo de silencio... y luego una explosión de carcajadas.
 
---¡Ja, ja, ja! ¡Ja, ja, ja! Oye, mira, si eso pasa, ¡yo mismo te pago el pasaje a Roma! ¡Ja, ja, ja!
---¿En serio?
---¡Claro! Porque para que eso ocurra... ¡ja, ja, ja!
---O no sé, cholo, de repente me caso. Y justo da en esas fechas.
---¡¿Qué?! ¡JA, JA, JA! ¡JAAA, JAA, JAAA, JA! ---sentía que mi amigo se asfixiaba de la risa. Y yo también, valgan verdades.
---¡Ja, ja, ja!
---¡Oye, mira, si tú te casas, te juro que te pago la boda enterita...! ¡Ja, ja, ja!
---¿En serio...?
---...¡hasta la luna de miel te la pago! ¡Ja, ja, ja!
---Te estoy tomando la palabra...
---¡Tómame lo que quieras! ¡Te lo juro! ¡Ja, ja, ja!
---¡Ja, ja, ja!
 
¿Han visto? Qué poca confianza en uno, ¿no?
 
Fuera de bromas, este amigo mío reacciona así porque me conoce tan bien que sabe que yo sería incapaz de hacer algo tan precipitado. Digo, ni novia tenemos por aquí, así que sabe que en siete meses yo no sería capaz de pasar de conocer a alguien a casarme. Y es excelente que haya personas que nos conozcan así tan bien. De eso se trata la amistad: de llegar a conocer al otro, de llegar a su corazón y poder compartir con él y ayudarlo cuando haga falta. Una delicia la amistad. Tan lindo asunto, que yo creo que si no es un regalo del Cielo no se puede explicar. Como dice el salmo: "¡Oh, qué bueno, qué dulce [...] los hermanos todos juntos! Como un ungüento fino en la cabeza [...]. Como el rocío del Hermón [....] allí Dios la bendición dispensa, la vida para siempre" (Sal 133, 1-2a.3a).**
 
 
* Bacán : 'bueno, excelente'.
** Según la edición española de la Biblia de Jerusalén