Para las personas que me conocen, que conversan conmigo por privado, que siguen este pequeño blog o para las que simplemente leen noticias, es claro por qué no he posteado nada en este tiempo y por qué no lo haré. Las consecuencias del terremoto que azotó el sur de mi país siguen presentes, y no me siento para nada cómodo por ahora escribiendo humor cuando mucha gente necesita tantas cosas.
Los fines de semana he estado yendo a Chincha, una de las localidades afectadas por el sismo, y es mi intención seguir haciéndolo por un tiempo más. Y como entre los viajes y el trabajo no he tenido tiempo para más, me tomo la libertad de simplemente copiarles aquí parte de un mail que envié a un amigo hace unos días, luego de mi primer viaje. Les pongo, además, unas fotos. Me siento raro citándome a mí mismo, pero es pura falta de tiempo. Vamos allá.
Aquí, tal como te prometí, te envío algunas fotos de lo que fue estar en Chincha el fin de semana pasado. Fue una experiencia muy linda, pero atravesada también por el sentimiento de que queríamos hacer más, pero no se podía. Si bien había muchas donaciones, estas luego aparecían insuficientes ante el número de personas que necesitaba ayuda.
El viaje demoró muchísimo. Normalmente toma 3 horas llegar a Chincha. Pero por el terremoto la carretera se partió, y hubo momentos en que solo se podía avanzar por un carril. Se formaban filas interminables de autos. Nos tomó 6 horas llegar.
Chincha no fue el lugar más afectado por el terremoto. El lugar más destruido fue la provincia de Pisco. Ahí el nivel de destrucción llega al 80 %, y se cayó todo: viejo, nuevo, de material precario o noble... todo. Así que la mayor parte de la ayuda va para allá. Sin embargo, hay provincias que no están tan destruidas, pero en las que algunos de sus habitantes también han perdido casas y familia, y no reciben ayuda. A ellos estamos llegando nosotros. Todas las fotos que te mando son de ahí, de Chincha. Igual había casas que se cayeron y mucha destrucción.
Fuimos cerca de 400 personas todo el fin de semana, y pudimos ayudar a mucha gente. En el video del que te avisé aparece el número de gente a la que ayudamos. Yo hasta ahora no lo puedo creer. Pero la verdad también es que hubo muchos lugares a los que no pudimos llegar, además de que cuando llegabas a un lugar, lo que creíamos que era mucha ayuda se hacía nada. La gente nos pedía víveres, que era lo que se les terminaba y no tenían dónde comprar. Y tan solo nos alcanzaba para dar muy poco a cada uno, pues se hacían filas infinitas de gente.
Yo no tengo una foto de eso, pero hay una escena que se repetía por todos lados y me impactó: muchos parques de distintos pueblos llenos de espirales y espirales de gente haciendo fila... detrás de un solo camión.
Afortunadamente el ejército había llegado apenas unas horas antes que nosotros, y había logrado controlar la situación de caos que hubo la noche anterior: asaltantes armados, bandas, saqueos... era horrible. Para cuando llegamos, la situación estaba controlada y ordenada. Más bien conmovía ver cómo la gente se ordenaba para recibir la ayuda, ella misma (la gente). Entre ellos se llamaban al orden, y no pocas veces, incluso, algunas personas en pueblos maltratados y pobres nos decían: "Vayan también más allá, al otro pueblo: ellos están peor que nosotros". El corazón humano es misterioso, pero lleno de nobleza en circunstancias como estas.
Y el agradecimiento de la gente también era muy cálido y especial, conmovedor. Te partía el alma ver cómo querían decirte mucho más de lo que con torpes palabras y apretones de manos alcanzaban a pronunciar.
Nos repartimos en varios grupos, y al mío le tocó visitar unos tres pueblos en esos dos días, así como descargar camiones, clasificar donaciones, cargar buses y repartir cosas.
En verdad aprendí mucho más acerca de lo que significa la solidaridad en esta experiencia. Al final de todo hicimos una brevísima oración (ya era hora de ir a casa) y apenas si la concluimos con un padrenuestro... pero fue uno de los padrenuestros más sentidos que recé en toda mi vida.
Todavía hay muchísimas cosas por hacer, amigos. Por mi parte seguiré yendo algunos fines de semana y si alguno quiere ir también de voluntario, avíseme con un correo. Si alguien quiere ir pero no puede, también hay formas de colaborar; por ejemplo, hay muchos que tienen toda la voluntad de ir pero no pueden costearse el pasaje. Tal vez podamos hacer una suerte de simbiosis. Si alguno quiere ayudar de otra manera, también avíseme y le daré los números de cuenta de Cáritas del Perú o de su país. A todos, sin embargo, les pido: ayúdennos con sus oraciones.
Gracias por pasar por aquí.
9 comentarios:
Querido Kike, se que este no es el mejor momento para tí y para tus compatriotas. Desde la distancia he seguido con preocupción la evolución del siniestro y os he tenido presentes, a amigos, conocidos y desconocidos, todos los días en mis oraciones y en la ofrenda de la Santa Misa. También he colaborado en el envío de ayuda, aunque lo que más siento es que la distancia me haya impedido estar a vuestro lado. Ten presente que hay muchísima gente que está a vuestro lado con esa fórmula tan maravillosa que tiene la Iglesia Católica: la Comunión de los Santos.
Te envío un fuerte abrazo, y cuando pase todo visita mi blog, pues te he dejado un regalo.
No hay mucho que se pueda decir al respecto sólo que es muy cierto que en ocasiones como estas es en donde brilla más ese espíritu humano que nos mueve a ayudar a los demás desinteresadamente.
¡Aaay Kike! Me apena mucho por lo que está pasando tu gente. Me siento mal, porque hace mucho que no me paseaba por tu blog (disculpa la rudeza) y ahora que lo veo, me siento un poquito avergonzada, mi blog está ahorita muy "superfluo". En mi Ciudad también se han levantado colectas para ayudar a tu país, especialmente en la Iglesia. Puedes contar conmigo al menos con mis oraciones. Espero que todo mejore. ¡Animo!
Luis:
Muchísimas gracias por la solidaridad. Gracias también por haber mentido sobre mi blog en el tuyo: namás ten cuidado no te me vayas al Infierno, ¡ja, ja, ja! Nah, fuera de bromas, muchas gracias.
Zegim:
Gracias, maestro, por su fidelidad, por pasar por aquí, por su amistad. En serio.
Beatriz:
Gracias por tus palabras y tu solidaridad. No te sientas mal; la vida sigue y así ha sido siempre. Tus oraciones son la mejor prueba de que no eres descarada ni nada por el estilo: con ellas ya estás viviendo la solidaridad. Vaya un abrazo hasta México.
Kike: ¿Cómo te va yendo? ¿Se va pudiendo ayudar un poquito a todos tus hermanos?... ¡Qué duro!
Cuando puedas contanos... de ellos y ¡también de vos!
Un abrazo.
Hola Kike, gracias por responder el meme jejeje.
Sabes, fuí un par de veces al Sur a Chincha y luego Pisco. La situación sigue siendo muy lamentable, aunque ya las cosas son mucho más organizadas.
Y ya pasó más de un mes y parece que pasó al olvido todo. La ayuda es super necesaria siempre.
Saludos!!!
Salud, Milanta. Qué bueno que hayas ido. Sí, se necesita ayuda. Un gran abrazo y gracias por pasar por acá.
Kike, te di un premio al blog solidario, en mi blog Alemania, economía, etc. Pasa a recogerlo!
¡Muchísimas gracias, Marta!
Un fuerte abrazo.
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