lunes, 7 de mayo de 2007

"Con tres historias y una referencia..."

Sirvan de introducción las palabras de quien para mí fue uno de los mejores escritores de este "desquiciado mundo"*  (van como un homenaje, maestro): "Aquí, con tres historias y una referencia, se explica el mundo de 'un mundo pequeño' ".** Añado: mi  mundo pequeño.
 
[I]
 
Almuerzo familiar.
 
---Estuvo rico, pero... ---dijo levantándose de la mesa para dejar su plato en el lavadero.
---¡Mira, no va a repetir!
---¡Oh!
---¡Es un milagro!
---¡Guau!
---Cállense. Es que me estoy guardando para los helados ---dijo vaciando sus restos de comida en la basura.
---Entonces tú tendrás el honor de servirlos.
---Sí.
---Sí.
 
El personaje en cuestión vuelve a su sito sin ninguna preocupación.
 
---Yo le dejo el honor a mamá.
 
Protesta general. Más o menos como cuando un árbitro cobra un penal.
 
---¡Caramba! ¿Por qué me critican? ¿Uno no puede dar ni siquiera una idea?
 
 
[II]
 
Almuerzo familiar. Ejem, otro.
 
---Kike, ¿y cómo vas con el diccionario que estás ayudando a componer?
---Ahí vamos. A veces me mandan términos difíciles. Tengo que preguntarle a un montón de gente de qué objeto se trata y cómo lo llaman.
---¿Oh sí?
---Sí, lo hago por mail.
---Ajá...
---Sí, pero cuando son asuntos complicados, debo preguntarle a mucha más gente...
---¿Hmmm?
---...entonces me paro aquí en la puerta de la calle y le pregunto al primero que pase: "Disculpe, señor...", "Disculpe, señora...".
 
Silencio.
 
---Ehhh... ¿y no podrías pararte un poco más allá?
---Sí, ¿en otra casa, tal vez?
 
Se nota que me quieren.
 
 
[III]
 
Domingo antes de (otro) almuerzo familiar.
 
---¿Hijoooos?
---¡Ya llegamooooos!
 
Silencio.
 
---¿No tenemos hijos en esta casa?
---Hemos comprado pollito a la brasa.
---¡A ver!, ¿quién sirve la comida?
 
Más silencio.
 
---Bueno, a ver quién sirve, o si no, no comemos.
---Sírvelaaaa túuuu ---llega una voz como de ultratumba, de algún lugar lejano dentro de la casa.
 
Hay un pequeño silencio. Y luego, casi siempre:
 
---¡¿Yoo?! ¡Ah, no! Yo ya la traje, así que les toca a ustedes.
 
Vaya, debimos leer mejor el manual de responsabilidades familiares. Al menos mi copia no trajo esa página.
 
Fuera de bromas, qué dulce es el sabor del hogar. En serio. Qué dulce.
 
¿Cómo? ¿Qué dicen? No, hombre. No estoy hablando de mi  hogar. No soy tan vanidoso. Estoy hablando de la familia en general. De eso que Dios es (no me dirán que la Trinidad no es una familia: Padre, Hijo y Espíritu Santo), que Dios fundó (al crear a la primera pareja y ordenarle que llenara la tierra con su descendencia) y que Dios mismo quiso vivir aquí en la tierra (¿recuerdan: Jesús, José y María?). De eso hablo.
 
 
* Giovanni Guareschi. El camarada Don Camilo. Trad. de Domingo Pruna. Barcelona: Orbis, 1987, p. 9.
** Íd. Don Camilo. Trad. de Fernando Anselmi. Bogotá: Oveja Negra, 1984, p. 5.