domingo, 28 de febrero de 2010

Solidaridad

Hoy este blog abandona por un momento su habitual estilo. Lo mismo pasó hace tres años y, lamentablemente, por el mismo motivo.
 
Probablemente muchos de mis cuatro lectores no sepan qué es un sismo. Quien escribe pertenece a un selecto grupo al que se le ha conferido el dudoso privilegio de saber qué es uno. Por eso cuando leo "ocho coma ocho", yo sé lo que es eso. A Dios gracias, no lo he experimentado (el récord del que ---me oiga Dios--- nunca espero pasar ha sido cinco y pico); sin embargo, sé lo que es eso.
 
Por eso hoy no me queda otra que asegurarle a mis hermanos chilenos que rezo por ellos (no es mentira; lo hago), y pedir oraciones por ellos también.
 
Y en solidaridad, me animo a dirigir a los cuatro lectores de este blog a un artículo que reproduje por aquí en aquella ocasión, publicado en otro medio. Lo leen aquí. Es para que nadie me venga con estupideces sobre el abandono de Dios y el castigo y tonterías por el estilo. Es fácil llenarse la boca de palabras cuando se cae el techo. Lo difícil es hablar correctamente.
 
Salud, y fuerza, hermanos chilenos.