Por la gracia de Dios y de Santa María, sí.
Y, nada, que este humilde huerfanito ya no lo es más; ahora tiene su media mitad, su otra naranja o como se llame. Por la gracia de Dios y de Santa María.
En fin, publico esto para que nos feliciten, apenas un día después de una fecha muy especial para mi esposa y para mí (Dios sabe por qué).
Por cierto, esos que parecen muñequitos de torta somos nosotros: la del vestido blanco era la damita de la trastienda; "era", porque ahora es la señora damita de la trastienda. El de negro soy yo.
¡Salud! ¡Hay champán para todos!