martes, 20 de marzo de 2007
Mi mamá es un robot
viernes, 16 de marzo de 2007
Ring... Ring... ¡¡RIIIIIIING!!
(Artista invitado: Edgard)
De vez en cuando alguien tiene a bien aligerarme un poco el trabajo.
Disfruten la prosa de nuestro invitado de hoy.
Trabajo en una compañía dedicada a preparar reuniones de todo tipo; eso quiere decir fiesta de bodas, inauguración de la empresa, lanzamiento de la nueva gaseosa, anfiteatro en la playa, cumpleaños de la señora Menganita, cumpleaños de la nena...
Bueno ya entendieron, ¿no? Ahora pasemos a la historia. Era un día lunes. Como es costumbre en todos los lugares del mundo, empieza el lunes y la frase que te pasa por la cabeza es "¡Rayos, es lunes! ¡Faltan cinco días para el fin de semana!". ¿Sí o no? ¡No se hagan los locos!
La cosa es que en la oficina, mi jefe tuvo la grandota idea de traer la central telefónica, porque últimamente andamos sin secretaria... y, bueno, para ser francos, no necesitamos, pues varios ya asumimos esa misión.
Continuando con la historia, estaba yo en mi oficina con un montón de papeles en el escritorio, coordinando unas cosas por radio. En fin, tenia la cabeza dividida en ochenta mil. Suele pasar cuando uno trabaja, sobre todo aquí, en esta empresa, donde uno tiene que estar muy pendiente de los detallitos.
Bueno, en este contexto suena el teléfono. Claro, sonó mientras yo estaba hablando por radio.
---Espérame un ratito ---tuve que decirle al jefe de obras, con quien hablaba. El jefe de obras estaba en una playa al sur, a una hora y media de Lima, armando uno de nuestros escenarios para un lanzamiento grande---. Está sonando el teléfono de la oficina. Sigue revisando las cosas: ¡tienes que encontrar ese material!
---Oquéi, pero te repito que no lo encuentro. ¿Estás seguro de que lo mandaste? ---replicó. El material que se le había perdido (y que tenía que encontrar) era nada menos que la estructura del escenario.
---Si, revisa. Espérame un ratito, por favor.
---Está bien.
Entonces contesté el teléfono.
---Buenos días. Contesta Empresa Beta.*
---Buenos, ¿es la empresa Alfa? ---la voz de una señora.
---No, esa empresa ya no existe. Hemos cambia...
---Gracias.
Clic.
---...do de nombre. ¿Aló? Ay, ay, ay... Bueno.
Volví al radio.
---¿Y encontraste el material? ---pregunté.
---No.
---Sigue buscando.
---Ya. Te aviso si lo encuentro.
---Perfecto.
De pronto...
Ring... ring... ring...
---Buenos días, Empresa Be... ---volví a contestar.
---Buenas. ¿Es la empresa Alfa? ---era la misma señora.
---Señora, ¿qué tal? Esa empresa ya no existe, hemos...
---¡Pero si me dieron este número!
---Sí, por eso, déjeme explicarle. Hemos cambiado de nombre jurídico, ahora...
---Pero ¿aquí trabaja el arquitecto Fulanito?
---Sí, pero en estos momen...
---Páseme con él. ¡Necesito hablarle urgentemente!
---Le estoy diciendo que en estos momentos el arquitecto no se encuentra porque...
---¡¿Pero qué no me quieren atender?! Llamo a su celular : ¡no contesta!; llamo a su oficina: ¡no me quiere contestar! ¡¡Es el colmo!! ---gritó.
---¿Perdón? ---mi cara era un signo de interrogación---. Señora le estoy diciendo que...
---¡No puede ser: uno tiene que estar correteándolos para que lo atiendan!
¡Paf!
---Pero, señora...
Ya se imaginan qué palabras pasaron por mi mente: ¡uno no es de metal! Uno siente, se estresa... Pero como uno trata de ser cristiano, recuerda que ante todo están la paciencia y el respeto a la otra persona. A eso súmenle que estamos en Cuaresma y que hay que vivir la caridad con el prójimo...
Volví al radio.
---¿Apareció el material? ---un hilo de esperanza en mi voz.
---¡Pues te tengo buenas noticias! ---me contestó el jefe de obras emocionado.
---¿Qué pasó?
---¡Sí, el material estaba acá!
---¿Ya ves? ¿Cómo se te iban a poder perder unas vigas?
---Sí, pues, lo que pasó es que no las dejaron donde les dije.
Entonces tuve un repentino mal presentimiento.
---Oye, ¿cuántas vigas tienes?
---Nueve. Por eso necesito que me mandes una mas: te pedí diez.
---¿Seguro? A ver, déjame ver en el pedido.
Ehhh... no sé si capten la idea, pero es que algo olía mal. Ah, ya sé cómo podrían captarla: es que me olvidé de decirles: cada una de las diez vigas medía más de seis metros de largo, y medio metro de alto. Y en momentos como este uno piensa: "¿Cómo rayos es posible que se le pierda una viga a alguien?".
¿En verdad creen que una viga como esta se podía haber perdido?(¿Se fijaron en el tamaño del hombrecito?).
Estaba seguro de haber enviado las diez vigas a la playa. De todos modos, busqué la orden de envío para corroborar. Estaba en eso, entonces, cuando de pronto...
Ring... ring... ring...
Paciencia y buen humor.
---Buenos días. Empresa Be...
---Buenas. ¿Empresa Alfa? ---sí, adivinaron: era la misma señora.
---¿Cómo está, señora? ---me esforcé en sacar mi mejor sonrisa---. Querida señora, le ruego que me preste atención un momentito. Mire, le comento que el arquitecto Fulanito no se encuentra en estos momentos. Él está en el sur, en una obra que estamos realizando por allá. Sin embargo, si usted desea puedo tomarle el mensaje y con gusto se lo haré llegar.
¿Me van a decir que no fue como se tiene que hacer? Vamos, si fue con respeto, delicadeza, caridad, siendo servicial... ¡hice todo bien!
---Si, muchas gracias. Dígale nomás que lo llamé.
What??! ¡¿Solo para eso está llamando?! ¡No puede ser!
---Está bien. ¿Me deja su nombre, por favor? ---nótese en la delicadeza de la respuesta. Qué tal tino. Díganme si no merezco un premio a la paciencia.
---Me llamo Fulanita de Tal.
---Muchas gracias. Dígame, ¿el arquitecto tiene su numero de teléfono para que le devuelva la llamada?
---Si, gracias.
Clic.
Vaya. Problema uno: solucionado... por lo menos hasta ahora. Vamos de vuelta con el material.
Tomé el radio nuevamente.
---Y, bueno, ¿encontraste la viga que faltaba?
---No.
¡Ah, no! ¿Qué cosa?
---¡¡Pero no puede ser!! ¡Aquí en la guía de envío dice clarito que te hemos mandado las diez vigas que pediste!
---Pero no está. Solo tengo nueve. No voy a poder armar el escenario ahora: ¡el lanzamiento es hoy en la noche! Tienes que mandarme una viga más de inmediato.
---¡¡Olvídate!! Ahorita no disponemos de un camión para mandarte la viga. ¿Y sabes qué? A mi lado está Zutano, que me dice que él mismo te ha enviado las diez vigas que solicitaste...
---Ehhh...
---...¡es imposible, te repito, im-po-si-ble que se pierda una viga!
---¡Pero no está!
¿Se imaginan todo lo que uno piensa en esos momentos?
---Bueno déjame ver que puedo hacer ---me di por vencido---. Te llamo en diez minutos.
---Ok ---contestó el jefe de obras.
En esos momentos uno realmente se estresa y no sabe a ciencia cierta qué pasó, quién se equivocó, ¿cómo mando esa viga que falta...? Ya se imaginan el momento.
Entonces vuelve a sonar el radio. Era el jefe de obras... algo nervioso.
---Esteeee... ejem... Ya no te preocupes. Ya encontré la viga ---dijo emocionado.
---¿Ah, si? ---¡Ufffff!---. ¿Dónde estaba?
---Estaba aquí...
---¿Hmmm?
----Esteee... lo que pasa es que estaba sentado en ella.
Hay frases que uno jamás olvidará en la vida. Esta es una de ellas.
---Pero ya no te preocupes ---intentó tranquilizarme---: lo importante es que apareció.
---¡Oye rermrmrmrmrmrmrmrm...!
---...
---Bueno, oquéi, gracias.
Clic.
Ven, uno a veces pierde la paciencia: "Lo importante es que apareció".
Fuera de bromas, uno en el trabajo pasa por una serie de anécdotas en las que siempre tiene que ser aquel que sepa dar una pronta respuesta, ya que es necesario. Ahora bien, es importante comprender que a veces uno tiene que soportar, como lo hizo Jesús, todas las cosas que pasen, sean grandes o pequeñas, pues quien es fiel en lo poco es fiel en lo mucho.
Estamos en Cuaresma, y a veces se nos ofrecen ocasiones para vivirla con humildad y paciencia. Pensemos en cuántas cosas nos pasan en el trabajo a las que siempre reaccionamos de mala manera. Bien, pues hagamos que eso cambie; seamos de quienes se vuelven servidores de los demás, y propongámonos ser humildes y sencillos. Recordemos que el Señor se hizo sirviente de sus apóstoles para demostrarles que Él vino no para ser servido sino para servir. Sigamos su ejemplo en esta Cuaresma y seamos sencillos como Jesús nos enseñó.
Edgard
* Nombre ficticio, obviamente, como el otro lo es también.