viernes, 20 de abril de 2007

La torre internacional de Howard (primera parte)

Estamos en 1996, en Florida (Estados Unidos). Vacaciones con toda mi familia. El día anterior celebramos con quienes nos recibieron aquí, unos primos míos que tienen poco menos que la edad de mi papá, y un chiquillo de quince años a quien yo ---que a la sazón contaba 18 años--- debía llamar sobrino.
 
Luego de celebrar el encuentro, todos juntos hicimos los preparativos para el fantástico subviaje que mi familia iba a emprender al día siguiente: un lindo paseo de tres días por sendos parques temáticos de los Yunaites: Bush Gardens, Magic Kingdom (o sea, Disney, pa' quienes no sepan) y Universal Studios Florida. Aquella noche planeamos todo cuidadosamente.
 
---¡Tío, tío! ---vino corriendo la Gringa, una joven prima que tenía cuatro hijas.
---Dime, sobrina ---mi viejo, bien amable.
---Tío, te vas a morir: ¡les acabo de conseguir hotel gratis!
 
Jamás imaginamos todas las consecuencias que nos traería esa inocente frase.
 
La Gringa había trabajado en un hotel, el Howard Johnson; conocía a un administrador y, echando mano de algún antiguo bono que guardaba por ahí, nos regaló dos noches gratis en el Howard Johnson International Tower en Orlando.
 
---Después de visitar Bush Gardens, vayan al Howard Johnson International Tower. Busquen al administrador, John Rinella. Ahí pasarán la noche, y al día siguiente se me van a Magic Kingdom. ¡Se lo pasarán bomba! Además, el hotel está cerquísima de Magic Kingdom. ¡Está pintado!
 
Nos deshicimos en agradecimientos y dormimos con tales sonrisas, que no nos las hubieran podido quitar ni con todos los bisturís del mundo.
 
Pero todo eso fue el día anterior. Ahora estamos en un nuevo día. Un día de desastre.
 
 
Dramatis personae :
Papá, mamá, hermana uno, hermana dos, humilde posteador ---Esteban Pechito---(1) y Dante, el sobrino de 15 años.
 
 
10 :00 a. m.
 
---Llegamos, gente: ¡Bush Gardens! ---anunció mi papá radiante.
---¡Yeeeee!
 
Era un sueño hecho realidad. Nos la pasamos bomba.
 
 
5 :30 p. m.
 
---Tíou, creou que será mejourrr irnous right now ---pontificó mi sobrino hablando como Jennifer López. Es peruano, pero ha vivido la mitad de su vida en EE. UU.---. Creo que vamous a tenerrr tourrrmenta troupical.
---¿Tormenta tropical?
 
La sangre se nos heló un poquito. El cielo había comenzado a ponerse un poco negro y empezó a correr algo de viento. Ninguno de nosotros había estado jamás en una tormenta tropical, así que obedecimos prudentemente al sobrino. El problema era que el sobrino tampoco había estado en una. Pero eso no lo sabíamos.
 
La verdad era que se avecinaba una simple lluvia. Una lluvia de Florida, claro, que es como si todos los dioses se echaran a llorar al mismo tiempo. Pero para nosotros, acostumbrados en Lima a llamar lluvia  a tres gotas de agua que molestan menos que un mosquito, el panorama pintaba aterrador. 
 
---Está bien, vámonos de una vez ---dijo mi papá asumiendo su rol de jefe de familia---. ¿Dónde habíamos dejado el carro?
 
 
5 :40 p. m.
 
Descubrimos que el estacionamiento de Bush Gardens no es grande ni es enorme; es monstruoso. Si alguna vez un tsunami cae sobre todos los países del mundo al mismo tiempo, todos los terrícolas podríamos refugiarnos ahí sin problemas.
 
 
5 :50 p. m.
 
Por fin, los pies adoloridos y el corazón saliéndosenos del pecho por el asunto de la tormenta tropical (¡vamos a morir!), llegamos al auto. Era un Buick del 97, nuevecito, que lo único mecánico que tenía eran las ruedas: el resto era automático.(2) Mi viejo había tirado la casa por la ventana en el viaje. 
 
---¿A dónde vamos? ---preguntó algún inocente.
---Vamos al hotel. Queda en Orlando --- anunció mi papá. Es que estábamos en Tampa.
---Qué mostro(3) ---dijo alguien que ustedes conocen---. Escuché que hay buenas tiendas. ¿A cuánto tiempo está de aquí?
---Errr... toumandou la I-95, hay que buscarr la salidehh 31-B... Errr... ---mi sobrino comenzó a lucirse. Lo llevamos con nosotros precisamente por eso, porque en la práctica era un nativo que conocía el terreno.
 
La I-95 es una carretera interestatal que recorre toda la costa este de EE. UU., desde Florida, en el sur, hasta Maine, en la frontera con Canadá. Cada tantas millas hay salidas ---como hojas de un trébol--- que lo llevan a uno a los pueblos, condados, ciudades o cualquier cosa que haya por ahí. Entre salida y salida, yendo a cosa de 80, 90 ó 100 millas por hora (entre 90 y 120 km/h), pueden pasar entre 25 y 30 minutos de camino. Bueno, para ajustarnos a la verdad diremos que cada salida es doble, pues tiene una letra A y una B. Por lo tanto, luego de poco más de quince minutos de camino se encontraba uno con la salida ---pongamos--- 27-A, y quince minutos después se encontraba con la 27-B, y así sucesivamente. Se entiende, ¿verdad?
 
---¿Estás seguro? ---mi papá verificó---. ¿Tenemos que ir a la 31-B?
---Yes, tíou.
 
Mi sobrino sostenía en una mano un mapa, y en la otra, la carta que la Gringa nos había dado para el administrador del hotel.
 
---¿Y en qué salida estamos? ---preguntó mi mamá.
---En la 25-A, tíahh.
 
 
7 :30 p. m.
 
---Papá, ¿ya llegamos?
---Creo que sí, hija. Dante, ¿esta es la 31?
---Errrr.... tíou... emm...
---Dante, ¿es la salida?
---Errrr... sí... creou que sí. Errr...
---Excelente---tercié---. Todavía podemos llegar a las tiendas abiertas.
---¿Podemos comer hamburguesas? ---preguntó mi hermanita.
---¡Claro! ---sonríe mi papá---. Vamos, dejamos las cosas en el hotel y salimos a tomar Orlando.
---¡Yeeee! ---alabamos todos.
---Errrr... tíou, esta serrr la salida 31-A. Tenemous que irrrr a la B...
 
 
7 :45 p. m.
 
---Listo, gente: la salida 31-B.
---¿Y ahora, a la derecha o a la izquierda, Dante?
---Errr... errrr...
 
 
7 :50 p. m.
 
---Rique, te dije que era la izquierda ---mi mamá se impacientaba.
---¿Y yo cómo iba a saber? ¡Este no es mi país!
 
 
8 :00 p. m.
 
---Aquí no hay ningún hotel...
---¿Estás seguro que era aquí, Dante?
---Errr...
---¡Miren allá!
---¡Yeeee!
---¡Por fin!
---Tengo hambre.
---Ojalá que no hayan cerrado las tiendas.
---¡Llegamos!
---¿Y cómo se llega allá desde este lado de la autopista? ---No lo olviden: el que tiene el volante manda.
 
 
8 :10 p. m.
 
---Parecía fácil, ¿no?
---No importa, ya llegamos.
---¿Bajo las cosas, papá?
---Errr... tíou....
---¿Sí? ---todos volteamos a ver a Dante a la vez.
---Mejourrr si yo voy con Keeh-keh para checkear  que es el houtel.
 
Silencio sepulcral. ¿Chequear que sea el hotel?
 
 
8 :12 p. m.
 
Una pareja de amables negritos (perdón: afroestadounidenses) nos atiende en el Howard Johnson. Habrá que decir que si bien buscábamos el Howard Johnson International Tower, nos sorprendió que este hotel solo tuviera un piso,(4) y que el resto fuera como chalés individuales. "Extravagancias de gringos", pensamos.
 
---Errr... Hi ---dejé que mi primo trabajara el asunto.
---Hi. How can I help you? ---se ofrecieron amables a ayudarnos.
 
Mi primo entregó la carta dirigida al administrador John Rinella: dos habitaciones, dos noches gratis, hotel cinco estrellas... De pronto, la chica que había recibido el papel se lo pasó a su compañero. Luego ambos se miraron... y comenzaron a reírse tan fuerte que por un momento pensamos que las paredes se iban a venir abajo.
 
---This is not your hotel. This is not what you're looking for. ['Este no es el hotel que buscan'].
 
Claro, se imaginarán que: "¡¿Juaaaat?!".
 
---You're looking for Howard Johnson International Tower. That's on exit 25-B. ['El Howard Johnson International Tower está en la salida 25-B'].
---Yeah, I'm sorry, guys. ['Lo siento, muchachos'].
 
Mi primo y yo nos miramos. Claro, los dos negritos seguían riéndose. Nosotros no. Mi primo explicó:
 
---Our family is out there. They're going to kill us. ['Nuestra familia está allá afuera y nos va a matar'].
---Have you got any backdoor? ['¿Tienen alguna puerta trasera?'] ---dije, en lo que fue la primera broma en inglés que dije en toda mi vida... ¡y los negritos se rieron! Ese día no dormí de la emoción.
 
 
8 :20 p. m.
 
---Ehhh... malas noticias, gente. ---Felizmente que estábamos en el siglo XX; quince siglos atrás a los mensajeros que traían malas noticias los mataban----. Este no es el hotel.
 
Obviaré el relato de los comentarios de mi familia. Solo diré que nadie hizo caso a mis explicaciones sobre las diferencias entre el siglo XX y la Edad Media.
 
 
8 :23 p. m.
 
---Bueno, ya, tranquilos ---mi viejo siempre positivo---. Vámonos tranquilos a la otra salida. ¿Cuál era?
---La 25-B, papá...
---...exactamente a diez minutos de donde partimos...
---Sí, sí, bueno, ya, tranquilos. Vamos para allá. Al menos conoceremos más Estados Unidos.
---Sí, claro, andando por el mismo camino por donde hemos venido... ---nunca falta el sarcástico, ¿no? Pasa hasta en las mejores familias.
 
 
8 :30 p. m.
 
---Dante, ¡¿cómo rayos llego a la carretera?! ¡Estamos dando vueltas hace diez minutos!
---Errr... tranquilou, tíou...
 
 
8 :35 p. m.
---¡Mira, esa es!
---Ahora sí, ¡allá vamos!
 
 
9 :00 p. m.
 
---Esta carretera parece infinita.
---Hace media hora que vamos en línea recta.
---Pero ¿qué voy a hacer, hijos? Así es la carretera. Tenemos que avanzar cuatro salidas más y ya está.
---Tengo hambre...
---Ya no vamos a encontrar tiendas...
---Los chicos tienen hambre...
---¡Ya basta!
 
Silencio de tumba. Creo que para manejar un Buick del 97 necesitas concentración.
 
 
9 :55 p. m.
 
---Listo, incrédulos: ¿ya ven? Ya llegamos. ¿Qué dice ahí?
---"Salida 25-B".
---Ahí está. Ahora, ¿para la derecha o para la izquierda, Dante?
---Errr... ---Dante consultaba mapas y hablaba todo el tiempo por teléfono con alguien que le daba indicaciones.
---¿Dante...?
---Errrr...
 
 
10 :00 p. m.
 
---Te dije que era a la izquierda, papá.
---Ya, tranquilos...
---Aquí no hay ningún hotel.
---Baja la velocidad, Rique... así no podemos buscar el hotel.
---Yaaaa...
 
 
10 :10 p. m.
 
---Volvamos a la derecha.
---¡Pero ya hemos estado ahí!
---Pero de repente no hemos visto bien.
---Dante, ¿dónde es?
---Errr... ---Dante seguía consultando mapas y hablando por teléfono.
---Dame tu teléfono: voy a hablar con esa persona.
---Errr... pero, tíou...
---Papá, tú no sabes inglés...
 
 
10 :15 p. m.
 
---¡Ahí está!, ¿ya ven? Era a la derecha, el primer camino que tomamos.
---¿Será?
---¡Claro que es! Mira: el hotel es International Tower, ¿no? Ahí tienes: ¡tremenda torre!
 
Era una torre como de veinticinco pisos. Parecía la torre de control de un aeropuerto.
 
---Y, claro, mira qué lujo. La Gringa nos dijo que era de cinco estrellas. ¡Excelente!
---¡Yeeee!
---Errr... tíou, mejour si bajamous antes para checkear  que sea el houtel...
 
Un sudor frío nos recorrió la espalda.
 
 
10 :20 p. m.
 
---Mamá, ¿por qué no regresa mi papá?
---Shhh... cállate la boca.
---¿Este es el hotel?
---Mamá, tengo hambre.
---¡Ya, cállense!
 
 
10 :25 p. m.
 
---Vámonos ---mi papá regresó hecho una furia.
---¿Qué pasó?
---¿Qué pasó, papá?
---¿Qué pasó, Rique?
---Tampoucou es el houtel, tíah...
---¡¿QUÉEE?!
 
 
10 :26 p. m.
 
---¡Ya déjense de estar en silencio y dígannos qué pasa!
---El hotel queda en la salida 31-A...
---...apenas a unas millas de donde estuvimos hace dos horas.
 
Sin comentarios.
 
[Continuará].
 
 
(1) Esteban Pechito: manera de jugar con la frase este pechito, que se usa en el Perú para referirse a uno mismo.
(2) Al lector atento no se le habrá pasado que estamos en 1996. Ocurre que los fabricantes de autos suelen sacar sus más recientes modelos alrededor de medio año antes. En julio de 1996 ya había Buicks del 97. 
(3) Mostro : 'bueno, bonito, excelente, conveniente, interesante, etc.'.
(4) Tower  significa 'torre' en castellano.

28 comentarios:

Gabriel dijo...

Que loca tavesia... asi que los miraban extrañados... quien no! si andrian perdidos

Anónimo dijo...

noooo..., como que continuará? tan interesante y concentrada que estaba con la historia, misma película, me has dejado como cuando vi por primera vez "El Señor de los Anillos I, La comunidad del anillo". Ni modo, habrá que ser pacientes para saber que sigue; por lo menos no tengo q esperar 1 año como la peli. Jajajaja, pero realmente fue toda una odisea, q divertido.., para mi, claro, pq para ustedes no tanto, jijiji

Anónimo dijo...

q divertida travesía (para mí) supongo que eso la hizo inolvidable y disfrutable al momento de recordar.....bien..esperaré la segunda parte: las tiendas estaban cerradas? comieron hamburguesas? y lo mas importante: LLegaron al hotel???????.... jejeje divertido..divertido..

Anónimo dijo...

De casualidad tu papa estaba usando su gorro de batman???? jejeje
recuerdos del viaje de promo....

Recuerdo que me contaste algunas de tus impresiones de los gringos... per o no me contaste toda esta travesia...

a ver cuando te animas a seguir con la historia.

cuidate un abrazo

Josue

David Cotos dijo...

Ya quiero leer el final. Tu primo estaba para que lo guien.

Kike dijo...

Gabriel:

¡Hombre, sí, perdidazos! Y eso que no conoces cómo sigue la historia... ;-)

Saludazos.

Kike dijo...

Miky:

¡Hombre, ya no exagere! ¿Tanto como El señor de los anillos? ¡Ja, ja, ja! No es para tanto. Aunque un poco parecida a Los dioses deben [de] estar locos, diría yo, ¡ja, ja, ja!

Kike dijo...

Lula:

¡Hombre, qué alegría tenerte por aquí! ¿Sabías que eres la primera persona de tuyasabesdónde que al pasar por aquí deja un comentario? ¡Qué emoción!

Y sí, no andas lejos de la verdad con lo que me comentas.

Por favor, vuelve pronto, que hay limonada y galletitas.

Kike dijo...

Josué:

¡Ja, ja, ja! ¡Ese gorro de Batman! ¿Dónde andará? Te cuento que ya ni sabemos. Por ahí andará en algún cajón secreto.

¿Así que nunca te conté esta historia? Pucha, con lo que te hubieras reído al escuchármela contar en vivo y en directo, estoy segurísimo.

Un abrazo y pronto viene la segunda parte, que ya la tengo escrita, pero que si no la gente no regresa, ¡ja, ja, ja!

Kike dijo...

David:

Oye, sí, ese tipo estaba más perdido que Adán en el día de la madre.

¡Un abrazo!

Anónimo dijo...

Hola KiKe.
Cómo sabes q vengo de tuyasabesdonde??...nha..la verdad me gusta mucho como escribes, siento que nos abres tu mundo, tu corazón en cada escrito, creo que no hay nada falso en tí, y siento que si te conociera no me cansaría de escucharte y ahora mismo siento que no me cansaré de leerte.
te mando un fuerte abrazo y muchas bendicones.

pd claro q pasaré seguido por aquí!!!

Kike dijo...

¿Que cómo sé de dónde vienes? Bueno, un buen mago nunca revela sus secretos, Lula, je, je... ;-)

Gracias por tus lindas palabras. Y qué bueno que sientes que no te cansarás de leer, porque la segunda parte es más larga que la primera, ¡ja, ja, ja!

Un abrazo, Lula.

Unknown dijo...

Esas sí son aventuras de viaje. Me recuerdan a cierta película de Chevy Chase de cuyo nombre no estoy seguro.

Vero dijo...

Kikeeeeeeeeeeeeeeee !! quiero la segunda parte YAAAAAAAAAAA !! jajaja cómo nos dejas así nene :(
Yo no soy de tuyasabesdónde pero me encantan tus historias, así que regresaré por el final.
Saluditos :)

Kike dijo...

Zegim:

¡Y eso que no has leído la segunda parte! Con esa fácil que te acuerdas del nombre, ¡ja, ja, ja!

Kike dijo...

Yola:

¡Hey, bienvenida! Se le extrañaba. No te preocupes, que pronto llega. ¿Ya ves? Por lo menos conseguí que regresaras, ¡ja, ja, ja!

alida dijo...

Linda historia, espero la continuación
Saludos!!

Lindisima dijo...

Gracias por visitarme a mi blog kike, muchos besos desde Venezuela vuelve cuando quieras.

Jose dijo...

yo me sé el resto! yo me sé el resto! pero no te preocupes Kike... no diré nada...tu secreto esta seguro conmigo! jajajaja... me da mucha risa la historia, pero da mas risa cuando se conoce personalmente a los personajes :-P
un abrazo

AleMamá dijo...

¡Mejor perderse en casa! aunque uno se sienta m´s estúpido, pero hablan tu idioma y en Chile, con sólo ubicar la cordillera ya sabemos dónde queda el norte.

Saludos, Kike, amigo, y sí, me gusta la lírica, me gusta que me cuenten la historia eso sí, porque TAN culta no soy; mi mamá sí que lo es y me pegó su afición, pero me falta muuuuuchooooo.

Kike dijo...

Alida:

¡Bienvenida! Claro, claro: la continuación viene mañana, pero no se lo digas a nadie... shhhhh ;-)

Un gusto tenerte, y vuelve cuando quieras: hay limonada y galletitas.

Kike dijo...

Lindísima:

¡Hola, hola! Te cuento que eres la quinta venezolana que se pasea por aquí... y espero que seas la segunda en regresar, ¡ja, ja, ja!

Vuelve cuando quieras, que hay limonada y galletitas. Y si te portas bien, irish coffee ;-)

Kike dijo...

José:

¡Claro! O sea que como conoces mi cara, te doy risa. Conque esas tenemos, ¡eh!

¡Ja, ja, ja!

Nah, fuera de bromas, quiero agradecer públicamente a José y a Edgard por la asesoría que me dieron para este post.

Un abrazo.

Kike dijo...

Alemamá:

¡La lírica es lindísima! Hazme caso: que alguien te regale un disco de Juan Diego Flórez. Ahí sabrás lo que es bueno.

Lamentablemente, hay mucho retrasado mental todavía en mi país, y alguno de ellos me podría matar si digo esto, pero lo diré porque es de justicia: el otro día vi fotos de Santiago de Chile: no la conozco ni tampoco la conocía por fotos. Vi la cordillera a un lado y el mar al otro: ¡qué belleza!

Un abrazo, hermana Alemamá.

Anónimo dijo...

quién es José, debe ser de tu familia para conocer a los personajes de tu historia, no quieres darme su correo? pa que me cuente la segunda parte, jajja. Y si has revisado tu correo te encontrarás con otra historia, tan larga como la tuya, jajaja, aprendí de ti...

Carlos dijo...

Que Buena Travesía!! jejeje... espero que el final sea mejor... de hecho se presta para infinidad de disparatados desenlaces...
Nos Vemos!!

Kike dijo...

Miky:

¡Ja, ja! No, José no es de mi familia, aunque es como mi hermano :-)

Un abrazo.

Kike dijo...

Carlos:

¿Cómo que esperas que el final sea mejor? ¿Eso quiere decir que esperas que nos hayan pasado cosas peores? ¡Ja, ja, ja!