Siguiendo con el tema de los carteles coquetos, por aquí se nos vienen elecciones municipales y elecciones de presidentes regionales (algo así, digamos, como gobernadores). Y no pierden oportunidad los alcaldes actuales de ---tal vez--- gastarse algún dinerito de los contribuyentes para sus propias campañas: hacerse ver como los salvadores del mundo (o del distrito, al menos) para asegurarse el éxito en la reelección.
¿A qué todo esto? Pues a que el otro día vi por aquí, cerquita de mi casa, nomás, la siguiente inscripción:
Fulanito, un alcalde con rostro humano
Para pensarla, ¿no?
Fuera de bromas ---y sin prestarle atención a esa coma, que debió ser dos puntos---, sorprende cómo se cree que repitiendo una fórmula (¡y mal!) se considera que ya se tiene el éxito garantizado en cuanto a manipular el sentimiento de la gente. Como la propaganda aquella del niñito con unos lentazos (anteojos grandes) hablando de fondos de inversión por la tele. Y uno se pregunta: "¡Pero, por Dios!: ¿qué tienen que ver los fondos de inversión con un niño de lentazos explicándole a su papá porcentajes de rentabilidad?". Pura manipulación para que vengas a decir: "¡Oooy, mira qué lindo niñito!", y ¡zas!, deposites tu dinero en esa institución. ¿Hay lógica, digo? No.
Y eso es lo peligroso: la falta de lógica. Y con esa arma nos están jugando malamente varios "entes" con intereses bien definidos, desde los comerciales hasta los políticos. Y en ese juego caemos.
Dios nos dio inteligencia, señores: usémosla bien para discernir lo malo de lo bueno; y esto, de lo óptimo. O sea, lo que está en la base de la prudencia (lean a Pieper). Solo así tendremos los pies puestos sobre la tierra y podremos caminar derecho. Solo así podremos ser libres. Ya lo han oído en algún lado, ¿verdad?: "La verdad los hará libres". ¿Se habría tomado la molestia Dios de venir a decírnoslo en persona si fuera por gusto?
3 comentarios:
Fulanito: un alcalde con cara de pollo
jajajaja
Cabe pensar dónde está el problema, si en el lema o en la gente que lo lee y le convence. Es decir, debe ser como las telenovelas: todos sabemos que la niña pobre es la hija de la dueña que está enferma y muere y en el testamento deja dicho que la niña quede. Pero después se enamora del novio de la verdadera hija... que no es verdadera en realidad... y después tienen un hijo y se lo deja a su madrina... y después por algo que no hizo, se va presa. Y después sale reivindicada y maquillada y se casa con el tipo.
Uy... me alargué.
Lo malo no son las propagandas, lo malo es que la gente se las cree... aunque no tengan sentido.... mmmm
¿A qué iba con lo de la telenovela?....
Ah! A que todos saben de qué se trata, pero igual la ven... y lo peor, la encuentran buena.
Pan y circo, pan y circo.
jajajaja
¡Dios, Margot! ¡Estás más loca de lo que pensé!
¡Ja, ja, ja!
Una bromita, hombre. Sabes que tienes razón: es increíble cómo a veces uno sabe que está saliéndose del tablero... pero igual se sale.
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