Una de las cosas que más me revientan es cuando me llama el único hombre de mi vida o la única mujer de mi vida. Hmmm... no se entiende, ¿no? Ok, les digo más: es un personaje curioso, generalmente la mar de inconsciente, que no se da cuenta de lo que está haciendo, pero que te pone en un aprieto totalmente gratis ---y sin tu consentimiento, claro---, aprieto del cual, curiosamente, quien resultará a las finales mal parado no es él sino tú. Para variar.
¿Que no se entiende de qué hablo? Pues lo diré más claro. Me molesta cuando llaman por teléfono y la persona que lo hace no se identifica completamente. Y no lo hace porque supone que tú supones perfectamente quién es. Supone que es el único Jorge, Gabriel o José, o la única María, Lucía o Juana de tu vida. Y eso me parece una muestra de pedantería gigantesca.
---¿Aló?
---Aló, ¿Kike?
---¿Mssí...? ---y ya comienzo a dudar porque no tengo idea de quién rayos sea.
---Hola, habla Lalo.(1)
---Eehh...
---¿Cómo estás?
¿Cómo estoy? Confundido, hermano. Lalo. ¿Lalo qué? ¿Acaso crees que eres el único Lalo en mi vida?
---¿Lalo qué?
---¡Cómo?
Sí, así son: encima se suelen ofender.
---¿Qué? ¿Acaso ya no te acuerdas de mí?
No, idiota: si supiera quién eres podría saber si me acuerdo de ti, pero si ni siquiera te reconozco, ¿cómo esperas que me acuerde?
---Puesss...
---Uuuhhh... mira cómo son los amigos, ¡eh! Ya te voy conociendo, Kike, cómo eres...
¿Que no se entiende de qué hablo? Pues lo diré más claro. Me molesta cuando llaman por teléfono y la persona que lo hace no se identifica completamente. Y no lo hace porque supone que tú supones perfectamente quién es. Supone que es el único Jorge, Gabriel o José, o la única María, Lucía o Juana de tu vida. Y eso me parece una muestra de pedantería gigantesca.
---¿Aló?
---Aló, ¿Kike?
---¿Mssí...? ---y ya comienzo a dudar porque no tengo idea de quién rayos sea.
---Hola, habla Lalo.(1)
---Eehh...
---¿Cómo estás?
¿Cómo estoy? Confundido, hermano. Lalo. ¿Lalo qué? ¿Acaso crees que eres el único Lalo en mi vida?
---¿Lalo qué?
---¡Cómo?
Sí, así son: encima se suelen ofender.
---¿Qué? ¿Acaso ya no te acuerdas de mí?
No, idiota: si supiera quién eres podría saber si me acuerdo de ti, pero si ni siquiera te reconozco, ¿cómo esperas que me acuerde?
---Puesss...
---Uuuhhh... mira cómo son los amigos, ¡eh! Ya te voy conociendo, Kike, cómo eres...
---...
---¡Ja, ja, ja!
---...
---No, hombre te estoy bromeando...
Mira, tú, es bueno saberlo...
---Soy Lalo, Lalo Fulánez.
Y resulta, entonces, que no solo no es un desconocido, y no solo no me he olvidado de él, sino que tal vez sea un buen amigo, cercano a mi corazón... pero algo torpe.
Pues bien, resulta que así es casi siempre. Y yo no comprendo por qué la gente no se toma la molestia de decir su apellido. Si a veces hasta doy guerra, fíjense, ya por molestar. A veces sí reconozco la voz y todo, pero me hago el difícil, je, je...
Mira, tú, es bueno saberlo...
---Soy Lalo, Lalo Fulánez.
Y resulta, entonces, que no solo no es un desconocido, y no solo no me he olvidado de él, sino que tal vez sea un buen amigo, cercano a mi corazón... pero algo torpe.
Pues bien, resulta que así es casi siempre. Y yo no comprendo por qué la gente no se toma la molestia de decir su apellido. Si a veces hasta doy guerra, fíjense, ya por molestar. A veces sí reconozco la voz y todo, pero me hago el difícil, je, je...
---¿Aló?
---Aló, ¿Kike?
---¿Msssí...?
---Hola, habla Lucía.
---Eemmm...
---Oye, quería preguntarte...
Ya la ubiqué, ya sé quién es. Pero uno no es espeso por gusto, ¿vio?
---Disculpa, ¿Lucía qué?
---¿Cómo que Lucía qué?
---No pretenderás ser la única Lucía en mi vida, ¿o sí?
---¿Acaso conoces varias?
Puff... lo que tiene que oír uno. ¡No, hija, si ya ganaste el premio a la inconsciencia!
---Lucía Gómez, Lucía Fernández, Lucía Pérez, Lucía Mengánez, Lucía Perencejo... Bueno, esta última tiene nueve años y no se si me llamaría, pero nunca se sabe.
Hay un momento de silencio. Sí: se ofendió... para variar.
---Lucía Mengánez... Pensé que me habías reconocido la voz.
---¡¡Ahhhh, hola!! ¡Caramba, qué gusto! ¡Ay, perdóoooooname! Es que con tantas Lucías... ---y no vieran los malabares que debo hacer luego para aguantarme la risa, ¡ja, ja, ja!
Hombre, nada cuesta decir el apellido. Yo también pecaba de lo mismo, he de confesar. Pero aprendí a ser más humilde ---pero solo en ese tema, eh--- cuando durante toda una temporada en que llamaba a una especie de tutor que tenía, cuando sus compañeros me contestaban el teléfono ocurría siempre lo mismo:
---¿Aló?
---Aló, buenas tardes. ¿Está Manuel?
---¿De parte de quién?
---De Enrique.
---¡¿Enrique Pérez?!(2) ¿Eres tú? ¿En verdad? ---la ilusión en la voz casi casi se podía palpar.
---No... eehhh... soy Enrique G....
---Ah, ya... ---decía mi interlocutor como si hubiera oído que su madre se había muerto---. Esteee... Mmmm... Bueno, un momentito.
Un día me enteré de que aquel "Enrique Pérez" era un tipo que ellos apreciaban muchísimo, algo así como un ex jefe, y que ahora vivía en Italia. Hombre, y yo hasta me ponía triste por haberlos decepcionado.
Fuera de bromas, la reverencia para con las otras personas es importante. La reverencia es tener la sensibilidad y el oído suficientes como para percibir lo que la realidad tiene que decirnos en toda su amplitud. Es acomodarte tú a las exigencias de la realidad, y no acomodar esta a tus propias exigencias y filtros. El irreverente no se fija, no para en mientes respecto a las cosas y simplemente pasa por la vida sin darse cuenta, o está tan lleno de bulla que interpreta la realidad de acuerdo con su subjetividad. El reverente, en cambio, hace silencio, y está tan atento a la realidad tal cual, que deja que esta le hable sin filtros innecesarios, sin tapujos; gracias a ello puede responder en cada caso lo más apropiado.
---¿Aló?
---Aló, buenas tardes. ¿Está Manuel?
---¿De parte de quién?
---De Enrique.
---¡¿Enrique Pérez?!(2) ¿Eres tú? ¿En verdad? ---la ilusión en la voz casi casi se podía palpar.
---No... eehhh... soy Enrique G....
---Ah, ya... ---decía mi interlocutor como si hubiera oído que su madre se había muerto---. Esteee... Mmmm... Bueno, un momentito.
Un día me enteré de que aquel "Enrique Pérez" era un tipo que ellos apreciaban muchísimo, algo así como un ex jefe, y que ahora vivía en Italia. Hombre, y yo hasta me ponía triste por haberlos decepcionado.
Fuera de bromas, la reverencia para con las otras personas es importante. La reverencia es tener la sensibilidad y el oído suficientes como para percibir lo que la realidad tiene que decirnos en toda su amplitud. Es acomodarte tú a las exigencias de la realidad, y no acomodar esta a tus propias exigencias y filtros. El irreverente no se fija, no para en mientes respecto a las cosas y simplemente pasa por la vida sin darse cuenta, o está tan lleno de bulla que interpreta la realidad de acuerdo con su subjetividad. El reverente, en cambio, hace silencio, y está tan atento a la realidad tal cual, que deja que esta le hable sin filtros innecesarios, sin tapujos; gracias a ello puede responder en cada caso lo más apropiado.
Mejor me callo. Lean lo que ponen magistralmente los esposos von Hildebrandt (me parece que Alice aún está viva):
[La reverencia es una] actitud [...] [y] a través de ella el individuo adopta una posición con respecto al mundo, la cual abre sus ojos espirituales. [...] || [El irreverente, en cambio,] Limita sus intereses a un atributo único, esto es, si algo es agradable o no para él, si le proporcionará o no satisfacción, si involucrará o no una determinada utilidad. No ve en las cosas más que el aspecto que se refiere a su interés inmediato y accidental. Los seres representan para él nada más que un medio para cumplir sus metas egoístas. Se arrastra eternamente en el círculo de su estrechez y jamás logra salir de sí mismo. En consecuencia, ignora la verdadera y honda felicidad que mana de la entrega a los valores reales[,] y vive al margen de lo que es per se bueno y hermoso. [...] || El hombre reverente se acerca de muy otra manera. Se ha liberado del orgullo, egoísmo y concupiscencia. No llena el mundo con su yo sino que otorga a los seres el espacio que necesitan para manifestarse.(3)
El reverente trata con cuidado a los demás. Se pone en su lugar, es empático. Tiene respeto y cuidado, porque está atento a la dignidad del otro, la reconoce.
¿Me llamas y no me dices tu nombre? ¿Supones que yo debo adivinarlo o reconocerlo porque eres único, espectacular, inimitable e inconfundible? ¡Por favor! Tómate una Ubicaína de 500 mg. A mi salud. Y por mi salud.
(1) Ok, aquí estoy poniendo un nombre como para que nadie se me ofenda. Es que no conozco a ningún Lalo. Por otro lado, es obvio que con nombres menos frecuentes todo esto que describo aquí no ocurre. Pero con nombres como José, María o alguno de esos es otra historia.
(2) Obviamente he cambiado el apellido real de esta persona
(3) Hildebrandt, Dietrich von y Alice von Hildebrandt. El arte de vivir. Buenos Aires: Club de Lectores, 1966, pp. 13-17.
26 comentarios:
Sí, muy cierto. Afortunadamente mi nombre no es muy común por aquí, excepto la parte del "Juan" que siempre es tan frecuente. Nunca está de más aclarar quien se es, sí.
¡Pos ha dicho claro clarito, 'mano! :-)
Un abrazo, Zegim.
Muy entretenido lo que cuentas. Pero sabes, por eso existen los sobrenombres, las chapas. Así no te confundirías mucho e se identificarían mejor a los amigos o conocidos.
-Está muy bueno este artículo.
-Sí, de veras.
-¿De quién es, ah?
-De Enrique
-Hmmmmm... ¿Enrique?
-Sí :)
-Pero... Enrique,qué?
-Enrique pues. ¿Acaso hay otro Enrique que valga la pena?
(En serio está bueno el artículo, muy bueno. Voy a seguir leyendo lo demás. Khaelin Paola Stefani Vargas Alta)
Mmmm, es cierto, cuando te llaman y no se terminan de identificar a uno lo dejan en el aire (literalmente) lo primero que pasa por tu mente: ¿es quien rayos es? despues de un breve momento y despues de desarrollada la comunicación recien caes en la cuenta de quien era esa persona y brota en ti una reaccion muy necesaria: ¡Ahhh eras tú!.
Pero tambien estan esas llamaditas equivocadas...
- ¿Alo, Ingeniero Callahuamani?
- No, se ha equivocado de número.
- Pero si usted me dio ese número.
Pero como "YO" te voy a dar mi número si no te conozco, nose quien rayos eres!!!
- Bueno se ha equivocado.
- Pero si lo estoy llamando al numero que me dio usted.
En esos momentos uno recuerda que es católico y le dices con mucha caridad...
- Bueno se equivoco al marcar
Y automaticamente CUELGAS EL TELEFONO para terminar definitivamente la conversación.
Querido hermano, no te ha pasado eso? Tengo varias del mismo idiota que para llamando al Ingeniero Callahuamani a mi telefono, no sabes cuantas veces he tenido que tener la misma conversación.
Bueno cuidate y sigue escribiendo.
Aunque creo que mejor saco mi blog por todo lo que escribo, ja ja ja. Pero pensandolo bien, te dejo eso del blog para ti, yo me dedico a comentarte las cosas, ja ja ja.
Un abrazo.
PD: Se viene el pollito y el whisky. PREPARATE!!!!
Milanta:
Claro que existen los sobrenombres (en el Perú les llamamos "chapas"). El asunto es que ni siquiera eso te dicen. Van, y de frente: "Hola, soy Raúl". Distinto sería: "Hola, soy el Negro" o "Soy el Chino". Pero no, ni eso, ¿vio?
En fin, que no es lo mismo pero es igual :-)
Paola:
¡Ja, ja, ja! Te juro que no me había reído tanto con un comentario desde hace tiempo, ¡ja, ja, ja! ¡Qué buiiiiina! O sea que me sorprendiste: yo tampoco pongo mi apellido. Pero eso tiene una explicación, señorita. Ocurre que no puedo poner aquí mi apellido. Algunos de los que me leen saben que en realidad soy un agente encubierto del servicio secreto de información británico, a las órdenes de Su Majestad, la reina Isabel. Estoy aquí en Lima realizando una misión y, de paso, me doy un tiempito para hacer un blog y escribir algo. Tipo Le Carré, ¿vio? Pero shhhh: nadie se puede enterar de esta verdadera identidad que tengo, ¿captas? Por eso no se la digo a nadie ni nunca diré en Internet que soy un espía británico. ¡Uf, si no, olvídate!
Bienvenida y vuelve cuando quieras. Hay limonada y galletitas.
Edgard:
Así que el ingenieron Callahuamani, ¿no? ¡Ja, ja, ja! ¡Qué buena! Lo único que faltaría sería que un día llame un tipo y te diga: "Buenas tardes. Soy el ingeniero Callahuamani. ¿Hubo llamada para mí?", ¡ja, ja, ja!
Nos apuntamos para el whiskicyto. De repente hasta armamos dos fechas: una para el whisky, y otra para el pollito. Tú dirásssss... (coordinamos por privado).
Kike, ¡¡pero cómo!!, ¿tú eres en realidad soy un agente encubierto del servicio secreto de información británico, a las órdenes de Su Majestad? ¡¡¡No entiendo cómo es posible que la reina Isabel no me lo haya dicho!!!. Está bien, por esta vez pase, pero por lo menos pon que eres KIKE 008.
Saludos,
Luis 006
¡Epa, Luis, no me digas que eres el viejo Sutherland, el que vivía en Roxburgh Gardens, cerca de Kennington High Street! (dicho sea de paso, ¿ya te mudaste?). ¡Hombre, qué bueno verte por aquí! ¡Ja, ja, ja! ¡Imagínate qué pasaría si la gente descubriera nuestra verdadera identidad! ¡Ja, ja, ja!
Nah, ya, fuera de bromas, todo esto me hace recordar aquel capítulo de la linda obra de Guareschi, El camarada Don Camilo, titulado "Agente secreto de Cristo". También me recuerda un blog católico (premiado) que se escribe en inglés, llamado "Secret Agent Man's Dossier" ('el dossier del agente secreto'). Se encuentra aquí. Debo confesar que aún no he tenido tiempo de revisarlo, a pesar de haberlo descubierto hace tieeeempo. ¡Opa!, ahora que lo veo, dejó de postear hace tiempo. Pena.
En fin, un abrazo hasta las Españas, camarada... ah, no, "camarada" era otra cosa, ¡ja, ja, ja!
Hola Kikin (no te digo como te digo siempre, ya que puedo poner en descubierto tu mision jajaja)
Recien me animo a escribirte, pero te vengo leyendo hace tiempo, "vio?" (asa...se ve que te leo).
Mas que interesante y entretenido tu blog...le he venido haciendo propaganda...asi que espero que me invites un pollo como aquella vez... (ya que el buen dennys menciono el pollo...pues sigamos con lo mismo jajaja)
Un fuerte abrazo, nos vemos pronto
Jose CASAS
¡Habbbbla, José CASAS! ¡Ja, ja, ja! Me has hecho reír.
Sí, pues, se nota que me lees, y te agradezco mucho. Así que tú eras el único, ¿eh? ¡Ja, ja, ja!
Y, sí, dile Dennis al Dennis, a ese sí véndelo, por malcriado, que una vez reveló por aquí mi nombre, ese que ustedes usan.
Oye, ¿sabes?, el otro día justo justo me estaba acordando de esa vez del pollito, claro que sí. Regresábamos de una plática de tuyasabesquién, ¿recuerdas? Justo pensaba en eso... ¡y en que ahora te toca invitar a ti! ¡Ja, ja, ja!
Bueno, bueno, no te vendo más en público, pero si nos ponemos de acuerdo con el Dennis hasta armamos una cena de tres... claro que yo no pago nada, ¿vio? ¿Qué talco?
Se que no se debe hacer esto ni menos por este medio, pero... ESTAN USTEDES LOCOS!!!! El pollito se lo debo al G... no a Jose CASAS. Ademas si se quiere pollito que colabore con el whiskycito, POR LO MENOS!!!
Bueno seguimos coordinando "en privado".
Un abrazo
Paso a dejar saludo ya que (otro no pasan por casa...)
Me despido su compatriota de siempre
Dw
Pd ¿Como quien Dw? grrr
Hooola Kike, mira que me dió por mirar los post anteriores y me encontré tu comentario, coincidimos en lo de la Hepburn, y ya ves hasta me animo a leer el libro.
Saludos y gracias por pasar por mi casa.
Hey, Kike, veo que tienes buena memoria, bribón. Sí, me mudé a Brinkley Court, cerca de tu residencia en el Worcestershire, pero tranquilo, que no se lo voy a contar a nadie ¡Ja, ja, ja! ¡Que lo descubran ellos solos! ¡Ja, ja, ja!
Confieso que, por un momento, me has hecho dudar con lo de "camarada". Pensé que te habías pasado al otro bando. Tu y tu fino humor británico. ¡Ja, ja, ja!
Ya en serio, leer tus posts me hace pasar muy buenos ratos y olvidar por unos instantes todos los problemas de la ajetreada vida que me ha tocado en suerte (¡qué te voy a contar de la vida del agente secreto!). Sigue así.
Un fuerte abrazo.
si es horrible eso, y mas cuando habla 'el mudo'
mi mas sincera disculpa por no ver tu comentario en mi blog, de hace mil años...
pero le acabo de dar actualizar a la version del blogger
y resulta que no me publicaba el canijo los comentarios que me dejaban!!!
:(
damN
aahh.. a todo esto, lo de Losing My religion, mas que nada era sobre una relacion ¿? ... no lo se, pero no era sobre religion jaja
saludos! nos estamos leyendo
Edgard:
Pues tranquilo, ¡eh! No vayan tú y José a transformarme el blog en un foro, como le pasó a Lacanna, ¡ja, ja, ja!
Todo bien, entonces, seguimos coordinando por privado. Haya paz :-)
Dangerous:
¡Pero cómo se atreve? ¡Qué es eso de que no paso por casa? ¡Jo! ¡Habrase visto tamaña insolencia! ¡Y en mi propia casa! ¡Hombre, tengo una reputación que mantener!
¡Ja, ja, ja! No, ya le expliqué por qué fue. Y usté ya me explicó que no tenía que explicar y que mi explicación era un poco boba, así que todo bien. Ya me verá con más frecuencia.
Y no se me ponga así, ¡eh!, que la amenazo con filmar la segunda parte de Marco, ya sabe.
Angie:
Bienvenida, bienvenida. Eres la segunda Angie por aquí, te cuento. Tanto así, que cuando leí tu comentario me demoré unos buenos minutos en ver por qué la Angie que conozco me hablaba de Audrey Hepburn, ¡ja, ja, ja! Pero dale, dale; regresa cuando quieras, que hay limonada y galletitas.
Y, sí, la Hepburn es linda. Cuando leas el libro en serio que pensarás que el personaje estaba pintado como para ella: fresca como una lechuga.
¡Saludazos!
Luis:
¡Ja, ja, ja! El que por poco se la cree soy yo, ¡ja, ja, ja! ¡Qué bueeeena!
Hombre, gracias por tus lindas palabras. Pues resulta que esa era la idea, ¿vio? Al menos, el cincuenta por ciento de la idea.
Si reza un ratito por mí le quedaré agradecido. Igual de fuerte el abrazo.
Ingrid:
¿"El mudo"? Ahí sí que me agarraste (significa 'me dejaste sin ideas'). Si me explicas...
Hey, no sabes cómo me has ayudado al resolver el misterio de "Loosing my Religion". ¡Mil pero requetemil recontraperisimpermil gracias! O sea: muy agradecido :-)
Y vuelva, vuelva; pase por casa cuando quiera, siempre será bien recibida. Hay limonada y galletitas, y estamos trabajando para que haya café moka.
Kike, de acuerdo, rezaré un rato por tí. Pero en mi tierra se dice que "favor con favor se paga", por lo que también espero que un poco de tus oraciones vayan dirigidas a mis intenciones ¿OK?
Otro abrazo fuerte
Yo aún me acuerdo de una anécdota que me sucedió hace un tiempo; resulta que llamaron en la cena así como mil vecess, y siempre me tocaba responder a mí. En esto que en la último llamada ya respondí con un más que justificado "!!DIGA!!"....y respondío la voz de una viejecilla a lo lejos..."Perdón....¿Es el fontanero?.....
Estas cosas pasan.
Luis:
Tenemos un trato, entonces.
¡Un abrazo!
Sickboy:
¡Ja, ja, ja! No sabes la cantidad de veces que me ha pasado a mí, incluso alguna vez con un buen "¡Caaaa...racas!" incluido, ¡ja, ja, ja! Pobre persona que llamó: jamás mejor puesto el dicho: "Pagaron justos por pecadores".
Bienvenido. Vuelva cuando quiera. Un día comienzo a invitar café moka.
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