miércoles, 23 de abril de 2008

El ADN de las cámaras

---¿Qué es eso?
---¿No sabes qué es?
---No, sí, claro, ya sé qué es. Digo, ¿de quién es?
---Ah, nuestra.

El sábado fue el cumpleaños de una de mis hermanas, así que el domingo tocó almuerzo tribal fuera de casa. El personal fue a hacer barullo a KFC y la pasamos bomba ---fotito incluida, tomada con cámara prestada---. Luego hubo dispersión estratégica: mi mamá se fue a hacer lavar la camioneta para el lunes, mi papá y mis hermanas se fueron a comprar un regalo para un sobrinito recién nacido, y yo me fui a otro lugar. Todo cotidiano, nada del otro mundo.

Por eso me agarró frío llegar a casa esa noche y ver una cámara digital en el escritorio de la computadora de la familia. Supuse que era prestada. Sí, otra cámara prestada. Digamos que tenemos muchos amigos y buenos.

---¿Nuestra? ¿La cámara es nuestra?
---Sí, la compramos ahora en la tarde.
---Sí, claro, y yo soy Brad Pitt.

Yo no sé si a ustedes les pase que cada vez que llegan a su casa en la noche resulta que su familia ha comprado un aparato electrónico nuevo. Tal vez a algunos sí, y se respeta. Pero en mi casa, si bien tenemos algunas tradiciones, aquella no es parte del repertorio. Y como entre los miembros de mi familia yo tengo más o menos la reputación de bobo del pueblo, pensé que se me estaba tomando el pelo una vez más. Por eso dije lo que dije.

Ah, y también porque, efectivamente, no me parezco a Brad Pitt (él se parece a mí, más bien).

Pensé que mi hermana no me había oído, así que insistí. Quería desentrañar el misterio.

---A mí no me la hacen. ¿Anda, de quién es la cámara?

Mi hermana siguió mirando la pantalla de la computadora sin mover ni un milímetro de ceja.

Yo no sé ustedes, pero todo aquel que ---como este pechito--- ha sido entrenado en el Líbano en estrategias de contraespionaje por el Servicio Secreto Británico, sabe que para mentir en ---pongamos--- una sorpresa que se le prepara a alguien o para vacilarse a costa del bobo del pueblo, más productivo que desgastarse soltando argumentos convincentes es adoptar la técnica de desentenderse por completo del interlocutor y fingir prestar atención a otra cosa. Claro, hacerse el tonto. Es más natural. Con eso se envía un clarísimo mensaje subliminal: "Es tan evidente lo que te digo, que me puedo dedicar a hacer otra cosa porque ni tengo necesidad de convencerte".

---Oye, anda, cuéntame, ¿de quién es la cámara? ---insistí.

Mi hermana tecleaba distraídamente y se reía a carcajadas con el nuevo smiley que algún amigo le había puesto en la pantalla desde solo Dios sabe qué lugar del mundo mundial.

---Hey, ¿de quién...?
---Ya te dije, es nuestra ---dijo secamente sin dejar de mirar la pantalla y sin dejar los smileys ni las risas.
---¡Ajá! ¿No te dije? ¡La técnica del tonto! La vieja estra... ---no pude terminar la frase.
---¡¿De qué estás hablando?! ---la voz de mi hermana comenzó a destilar cierto tonito de fastidio que ya le conozco.

Mi familia no es muy aficionada a seguirme cuando comienzo a disertar sobre técnicas de espionaje aprendidas en el Líbano.

Visiblemente molesta por mis interrupciones, mi hermana me espetó con más furia que deseo de informar:

---A ver... ---dijo haciendo acopio de paciencia---. La cámara es nuestra: la compramos con mi papá cuando fuimos a Tottus hoy.
---No te creo.
---Mira las fotos si quieres ---farfulló, y volvió a la pantalla, a los smileys y a las risas.

Uno que no es tonto se da cuenta de inmediato de que le han aplicado otra vieja técnica: la pista falsa. Claro: todos los que llevamos el curso de la agencia de Su Majestad sabemos que más efectiva que una mentira completa es una media verdad. Algunos teóricos, incluso, han llevado la cosa más allá: Casciari habla de la técnica del "sánguche piadoso", una mentira escondida entre dos verdades.

En este caso era evidente: supuestamente al ofrecerme una cosa concreta como las fotos guardadas en la memoria de la cámara, tendría yo material que podría considerar evidencia empírica de que la cámara era nuestra. Se olvidaba mi hermana, sin embargo, de que las fotos que estuvieran en la cámara podrían ser muy de la familia, pero que la cámara aun así y todo podría seguir siendo muy de algún ami...

Hasta que vi la última foto.

Bueno, la primera, porque todos saben que al darle al triangulito uno comienza a ver las fotos de atrás hacia delante, o sea, de la última a la primigenia. Y cuando llegué a esa foto, comprendí que nadie me podía estar engañando. Era verdad: tenía en mis manos la flamante cámara de la familia. Ya no había dudas. Lo supe de inmediato porque esa foto la tomó mi papá.

¿Qué dicen? ¿Que cómo lo supe? Pues muy fácil: porque ninguna otra persona en el mundo sería capaz de tomarles una foto a los dos vendedores de la tienda, y hacerlos posar y hacerlos sonreír para probar la cámara. Nadie. Solo mi viejo. Y eso es más inconfundible que una huella digital. Es el ADN de las cámaras digitales compradas a escondidas.

¿No me creen? Échenle una mirada ustedes mismos.




No hay nada que hacer: ¡Chicho es único!

Fuera de bromas, para quienes conozcan a mi papá, saben que es único. Claro, el problema es que todos dirán que es único por quinientas cuarenta y cuatro razones diferentes. Pero todas esas quinientas cuarenta y cuatro ---buenas y malas--- forman en él un único conjunto que nadie más tiene. Y eso lo hace único. Mi viejo es único, como cada persona es única. Única e irrepetible. Y resulta que todos somos únicos e irrepetibles, y eso hay que tenerlo siempre superclaro.

¿Qué? ¿Que por qué es útil saberse único e irrepetible? Para quererse y para dar gracias a Dios tanto por uno mismo como por quienes tenemos al lado. Cada persona es una bendición de Dios, única, una joya hecha a mano por el orfebre más delicado del mundo, parafraseando un poco a Lewis. Si uno aprende que cada persona que lo rodea es indiscutiblemente único y aprende a mirarlo con ojos sobrenaturales, reconocerá que es una bendición. Como Chicho.

27 comentarios:

Anónimo dijo...

Amén, Don Kike. Qué alegría que siga con lo
suyo,
a N ó N i m O

Kike dijo...

Graciela, don S... ejem, a N ó N i m O

Anónimo dijo...

Bacan tu historia.

Pero tiene su "sanguche piadoso" como tu lo llamas.

Dices que los seres humanos son unicos, y despues dices que eso es evidencia de Dios. No pues. Eso no funciona asi. Que no haya dos seres humanos con el mismo ADN (ademas de los gemelos identicos dicho sea de paso que si tienen exactamente el mismo ADN) no es pruena de una creación divina.

Que tu viejo es unico, no lo dudo. Todos los viejos lo son -al menos para sus hijos. Eso es bueno.

Anónimo dijo...

¡Wow!
Parece que era cierto lo del espionaje en el Líbano...

a N ó N i m O


pd: ¿o habrá sido casualidad?

Kike dijo...

Estimado Anónimo 2 (es que el 1 es el que ya sabemos):

Gracias por tus comentarios, pero me temo que me has entendido mal.

En primer lugar, yo no utilicé el argumento de la unicidad y de la irrepetibilidad personales para de ahí deducir la existencia de Dios. Yo alenté al lector a mirar dentro de sí para dar gracias a Dios. Como ves, mi reflexión presupone la creencia en Dios por parte del lector.

Solo una nota al respecto: no estarían de más, sin embargo, ese tipo de argumentos de "mira dentro de ti para que compruebes que hay Dios". Ya lo hizo C. S. Lewis en el primer libro de Mero cristianismo, cuya lectura, por cierto, recomiendo.

En segundo lugar, sin entrar en la discusión naturaleza-crianza, opino que los seres humanos somos una graciosa mezcla de condicionamientos biológicos y sucesos ambientales. Ambas cosas nos van modelando. De ese modo, dos gemelos idénticos podrán ser todo lo idénticos que quieras y todo lo adeenegemelíticos que quieras, pero como ambos no habrán pasado por las mismas experiencias, no habrán reaccionado del mismo modo a ellas y algún etcétera por ahí, seguirán siendo muy diferentes. Por lo menos, lo suficientemente diferentes como para que sigamos hablando de personas únicas.

Por último, sigo insistiendo en que mi viejo es único no solo para mí, sino objetivamente único (y si entramos a enredarnos en el tema de "objetivamente", recomiendo leer este artículo); por lo menos, hasta ahora no he conocido a nadie con mi mismo viejo. Y de que el tío G. (mi papá) es único pueden dar fe muuuuchos de los lectores de este coso.

Un abrazo.

Kike dijo...

Estimado a N ó N i m O:

Je, je... TODO lo que se cuenta en este blog es verdad ;-)

Anónimo dijo...

Dicen que un mago nunca revela sus secretos, pero tal vez podrías escribirme y comentarme qué sabes y cómo lo supiste, de manera que no muera a causa del esfuerzo mental que significa tratar de entender el asunto por las vías de la razón.

a N ó N i m O

politicau@gmail.com

Edgard Hinojosa dijo...

Mi querido Kike, yo se como es tu padre... una sola frase para el: "¡Grande, tío G.!"
Efectivamente, el reconocer a cada uno como una persona unica, hace que valoremos más nuestra vida y nuestro accionar, pues es aquello que dejara marca en los demás y hará que nuestra vida haya sido una buena vida. (siempre y cuando hayamos hecho las cosas bien, al maximo de nuestras caapacidades y posibilidades)
Salud! (¿Tú diras?...)

Anónimo dijo...

Si pues, tu reflexion supone que el lector cree en Dios. Esta es una suposicion contraria a tu invocación a reconocer la particulad del otro.

El ejemplo del ADN lo usaste tu, no yo. Pero, si de lo que se trata es de maravillarse, mas nos maravillaríamos si encontraramos dos items que fueran efectivamente identicos.

Reconocer las particularidades del otro es importantisimo -un prerequisito para respetarlas. La Iglesia sin embargo no es exactamente tolerante con muchas de ellas.

Anónimo dijo...

Hola!! Por acá de vuelta jeje. :)

Por primera vez voy a adoptar mayormente la postura de María (Y no la de Marta) y me voy a limitar a contemplar jeje. Ha de ser que hoy es domingo...

Me gustó mucho el cariño que expresás hacia la flia, de veraz, muy muy lindo :)

Amiguito y compañero del secret service ;) jajaja se te quiere por tus ocurrencias, realmente únicas e irrepetibles jajaja.

Beso!

Kike dijo...

a N ó N i m O:
Solucionado el tema :-) Ya te escribo.

Érgar:
Coordinemos en la semana.

Anónimo 2:
Dices: "Si pues, tu reflexion supone que el lector cree en Dios. Esta es una suposicion contraria a tu invocación a reconocer la particulad del otro". ¿Me la explicas mejor, porfa? ¿Te refieres a que para reconocer que el otro es alguien particular debo claudicar de mi creencia en Dios? ¿O que no debo presuponerla en los otros porque hacerlo te parece que contraría su derecho a ser reconocido como otro?

Dices también: "El ejemplo del ADN lo usaste tu, no yo. Pero, si de lo que se trata es de maravillarse, mas nos maravillaríamos si encontraramos dos items que fueran efectivamente identicos". Cierto, yo puse el ejemplo del ADN, pero ya demostré que no me refería a eso.

Finalmente dices: "Reconocer las particularidades del otro es importantisimo -un pre[r]requisito para respetarlas. La Iglesia sin embargo no es exactamente tolerante con muchas de ellas". Tampoco entendí. ¿Te refieres a que "reconocer" (es el verbo que usaste) las particularidades es aceptar como moralmente válido todo lo que dichas particularidades implican los actos que involucran? Si es así, no estoy de acuerdo.

"maría" g
¡Gracias por tus palabras!

Anónimo dijo...

Ningun problema. Aclaro todo lo que quieras.

1.
Dices: "Si uno aprende que cada persona que lo rodea es indiscutiblemente único y aprende a mirarlo con ojos sobrenaturales, reconocerá [es el verbo que usaste] que es una bendición [de Dios]."

Comento: La unicidad del otro es el producto de sus características particulares -la cuales según tu propio comentario (ver más arriba)no son determinadas sólo biológicamente, sino también medioambientalmente, no son sólo físicas, sino también conductuales, etc. Desde ese punto de vista, esas particularidades incluirían, por ejemplo, el no creer en Dios o, para tal caso, el tener inclinaciones pedófilas, etc. ¿Debo reconocer esas particularidades que hacen únicos a algunos seres humanos como una bendición de Dios?

2.
Preguntas: "¿Te refieres a que para reconocer que el otro es alguien particular debo claudicar de mi creencia en Dios? ¿O que no debo presuponerla en los otros porque hacerlo te parece que contraría su derecho a ser reconocido como otro?"

Comento: No pienso que debas claudicar a nada. Tampoco pienso que no hacerlo vaya en contra de mi carácter único. Mejor te aclaro bien este punto para que no comiences a sentir que gracias a mi estas alcanzando algún llamado a ser un "signo de contradicción". Simplemente, me parece que decir que el caracter único de un ser humano es una bendición de Dios es poco imaginativo, poco creativo, poco matizado, un tanto demagógico, en fin, un lugar común. Pienso que, si reflexionas un poco sobre la afirmación en cuestión, te das cuenta que no sólo es un cliché, sino que además es absurda (ver puntos 1 y 3).

3.
Dices: "Cierto, yo puse el ejemplo del ADN, pero ya demostré que no me refería a eso."

Comento: OK. Pero, como prueba adicional de que la afirmación en cuestión es un cliché y es absurda, me permito recordar que la realidad muestra que lo maravilloso sería la igualdad de dos cosas y no su diferencia.

4.
Dices: "¿Te refieres a que "reconocer" (es el verbo que usaste) las particularidades es aceptar como moralmente válido todo lo que dichas particularidades implican los actos que involucran? Si es así, no estoy de acuerdo."

Comento: No, no digo eso. Lo que digo es que es un prerrequisito (gracias por la correción) para respetarlas. Esta es una afirmación con la que deberías estar de acuerdo conmigo independientemente de tu disposición para respetar algunas de ellas. Adicionalmente lamenté que la Iglesia o, para tal caso, cualquiera, no reconozca y respete algunas de ellas. Nunca mencioné cuales. Pero, en cualquier caso, tu claro rechazo a por lo menos algunas de estas particularidades cierra el círculo de esta discusión y nos lleva de regreso al punto 2 (ver más arriba): La afirmación motivo de toda esta digresión es un cliché y, además, es absurda.

PD. Escribes bien y además correctamente. De hecho, lo haces mejor que yo.

Saludos,

Kike dijo...

Hola:

Como dijo Jack el Destripador, vamos por partes.

[Anónimo 2]
[las] particularidades [de las personas] incluirían, por ejemplo, el no creer en Dios o, para tal caso, el tener inclinaciones pedófilas, etc. ¿Debo reconocer esas particularidades que hacen únicos a algunos seres humanos como una bendición de Dios?.

[Kike]
Me atrapaste, Anónimo 2. Efectivamente, reconozco que tienes toda la razón del mundo. Es necesario matizar mi opinión y aclarar que no toda "particularidad" amerita que una persona sea considerada como una joya (así dije) modelada por Dios. Existen desviaciones, trastornos, maledicencias, maldades, atrofias y demás, y no necesariamente estas cosas pueden ameritar que a la persona que las exhiba se la considere una joya por ellas. Debí pensar mejor mi reflexión antes de escribirla. En mi defensa téngase en cuenta que es un parrafito muy pequeño el que me suelo permitir al final de mis posts, y que a veces por el afán de hacerlo breve no lo matizo como debiera.

De todos modos, e intentando complementar un poco lo expuesto arriba, de todas maneras una persona puede ser considerada una bendición de Dios si se trascienden las cosas que la descalificarían como tal. Me refiero a lo siguiente: cada ser humano si solo se tomaran sus defectos, sería intragable. Es cuando trascendemos esos defectos y la vemos en su conjunto que podemos apreciar mejor que es una bendición (joya, etc.).

[Anónimo 2]
Mejor te aclaro bien este punto para que no comiences a sentir que gracias a mi estas alcanzando algún llamado a ser un "signo de contradicción".

[Kike]
Pues te aseguro que en ningún momento me sentí así. Me dio risa el comentario, je, je...

[Anónimo 2]
Simplemente, me parece que decir que el caracter único de un ser humano es una bendición de Dios es poco imaginativo, poco creativo, poco matizado, un tanto demagógico, en fin, un lugar común. Pienso que, si reflexionas un poco sobre la afirmación en cuestión, te das cuenta que no sólo es un cliché, sino que además es absurda (ver puntos 1 y 3).

[Kike]
Sí, tienes razón como dije más arriba.

[Anónimo 2]
Lo que digo es que [reconocer las particularidades del otro] es un prerrequisito [...] para respetarlas. Esta es una afirmación con la que deberías estar de acuerdo conmigo independientemente de tu disposición para respetar algunas de ellas.

[Kike]
Estoy de acuerdo con ella. Ni siquiera te digo "te la concedo", porque ya de por sí pienso de ese modo: es una afirmación que porta una lógica evidente. Nuevamente tienes razón.

[Anónimo 2]
Adicionalmente lamenté que la Iglesia o, para tal caso, cualquiera, no reconozca [dichas particularidades] y [no] respete algunas de ellas. Nunca mencioné cuales.

[Kike]
En eso justamente estaba pensando, en que para entenderte mejor me gustaría saber a cuáles te refieres.

[Anónimo 2]
(gracias por la correción)

[Kike]
Lo siento, es mi deformación profesional [cara avergonzada]. Por cierto, ya que estamos, no es necesario decir "prerrequisito", pues la palabra requisito porta en sí el sentido de anterioridad que se busca con el prefijo pre.

Muchas gracias por tu interés y tu crítica. Salud.

Anónimo dijo...

Salud.

Se aprecia la deformación profesional. Sin ella, no aprenderíamos nada unos de otros.

Me preguntas:
"En eso justamente estaba pensando, en que para entenderte mejor me gustaría saber a cuáles [particularidades no reconocidas o respetadas por la Iglesia] te refieres."

Te respondo:
Me refiero a varias en realidad -sobretodo a aquellas en torno a las cuales existe mucho debate como, por ejemplo, el aborto. No es que este a favor del aborto. Ni siquiera es que este a favor de la legalización del aborto. Simplemente me parece que es un tema controvertido, color hormiga, ni blanco ni negro, y moralmente lleno de aristas, y que debe ser considerado desde diferentes puntos de vista, y no sólo el de la Iglesia. Me molesta, entonces, que la Iglesia, o cualquiera, lo convierta en un campo de batalla, cuando debería ser un tema de reflexión y debate -si alturado, mejor.

Me explico un poco: mi propia deformación profesional implica un cierto relativismo cultural. No pretendo suponerlo en los demás, pero esta allí en mí, y lo tengo que reconocer.

Otras de esas particularidades que son "color hormiga" incluyen cuestiones tales como la experimentación con embriones, identidades de género (homosexualidad, transexualidad, y muchas otras mal llamadas "aberraciones"), la búsqueda de estados alterados de conciencia, etc., etc., etc.

Debo dejar en claro, sin embargo, que otras no las encuentro "color hormiga" sino claramente "blanco o negro". La pedofilia, la tortura, el asesinato, etc., etc., etc., son algunas de ellas.

Con esto tienes más o menos una idea de mi posición concreta con respecto a la Iglesia.

Kike dijo...

Anónimo 2

Gracias por tus respuestas.

Con respecto a las "particularidades no reconocidas o respetadas por la Iglesia", dijiste: "Me refiero a varias en realidad [...] por ejemplo, el aborto. [...] me parece que es un tema controvertido, color hormiga, ni blanco ni negro, y moralmente lleno de aristas, y que debe ser considerado desde diferentes puntos de vista, y no sólo el de la Iglesia. [...] || [...] Otras de esas particularidades que son "color hormiga" incluyen cuestiones tales como la experimentación con embriones, identidades de género (homosexualidad, transexualidad, y muchas otras mal llamadas "aberraciones"), la búsqueda de estados alterados de conciencia, etc., etc., etc.".

Pues perfecto, Anónimo 2; has dejado expresada tu posición, la cual reconozco como tuya, con todo el derecho del mundo que tienes a hacer una opción por alguna posición, hipótesis, opinión, etc. Reconozco, además, que tu posición existe (ya sea porque la suscriben muchas personas al igual que tú, o ya sea simplemente porque tú eres el único que la suscribe: igual existe) y reconozco que es diferente de la mía.

Está de más que te diga que mi posición es bastante distinta.

Hasta donde me dijeron, sigo siendo parte de la Iglesia (aunque no lo merezca... y nunca mejor dicha esta expresión). Por lo tanto, quizá a partir de ahora valga la pena que cuando vuelvas a formular opiniones como aquellas con las que iniciamos este minidebate, digas: "Algunos miembros de la Iglesia..." o "Cierto sector de la Iglesia..." o cualquier otra fórmula, pues ---te invito a reconocerlo a tu vez--- ya no podrás decir "La Iglesia [entera] no reconoce otras posiciones diferentes de la suya".

Un abrazo.

ecazes dijo...

Un saludo y felicitaciones a ambos.
Hacía mucho tiempo que no veía una discusión tan bien llevada.
Me permito un comentario a Anonimo 2, asumiendo eu el dueño de casa me concede el uso del espacio.
Con respecto a la posicion de la Iglesia en puntos como el aborto, es la posicion de la Iglesia. La imposicion que le atribuyes es solo verdadera en la medida en que los individuos que se auto definen como Iglesia la aceptan o no.
Aquellos individuos que no se dicen miembros de la Iglesia, simplemente pasan de ello.
Otra cosa sería que nos sentáramos a discutir ("miembro de la iglesia" de este lado con "no miembro de la iglesia" del otro) las razones por las cuales decimos que un aborto es un pecado y que debe ser evitado.
Apelo a esa necesidad tuya de respeto por el otro y te pido que nos incluyas a los que creemos que un embrión es un ser humano que debe ser protegido. (al margen: la madre que está en una situación tal que considera la posibilidad de matar a su hijo, tambien debe ser ayudada, protegida, sostenida... digo par que la respueta no presuma que queremos sacrificar mujeres en aras de "posiciones")
Nuevamente disculpas por la interrupción.

Kike dijo...

Hola, doña Elena y todos:

A usted por supuesto que le permito lo que sea :-) ¡Faltaba más!

Se agradece el cumplido por el asuntito de la discusión llevada en calma. Si logro llevar las cosas así con mi futura esposa, entonces me dejaré de preocupar más en la vida :-p

En fin, solo para aclarar una cosa. Lejos de mí proponer como solución final una postura relativista: "Tú tienes tus ideas; yo tengo las mías". Bueno, en realidad no es tan condenable esta frase: es simplemente la descripción de un hecho real. También es describir la realidad decir que los 10 mandamientos, los preceptos de la Iglesia y el Código de Derecho Canónico nos obligan a los católicos en tanto católicos, y que no obligan a los no cristianos católicos.

Sin embargo, quiero dejar bien aclarado que la Iglesia propone sobre todo una moral basada en el bien y en la verdad, no en preceptos teológicos, propios de una ciencia particular (para decirlo rápido y mal).

La Iglesia, por ejemplo, se opone al aborto no solo porque va contra sus preceptos religiosos, no porque atenta contra la majestad del dios en el que cree, sino sobre todo porque es un tema de dignidad humana, un tema que presupone en el hombre una naturaleza que amerita una dignidad tal que impide matarlo. Así de sencillo.

La Iglesia se opone porque este tipo de cosas atenta sencillamente contra lo que es bueno per se, contra la moral más elemental.

Hay algunos que no reconocen esta moral (o este "tipo" de moral) y no aceptan que existe algo que pueda ser llamado en sí mismo "bien" o "mal", sino que proponen que este tipo de categorías dependen mucho del contexto, de varias aristas, etc.

Muchos miembros de la Iglesia (lamentablemente no todos) reconocen que existe gente que piensa así, y evidentemente discrepan con ellos, pues ---repito--- consideran que hay temas que son estrictamente de moral natural, de dignidad humana, de esencia humana. Siempre hemos creído los miembros de la Iglesia que esta dignidad, moral, etc., coincide con lo que propone nuestra fe.

En fin, lo mismo podríamos decir de la intervención de la Iglesia en temas como homosexualidad, consumo de drogas, etc. Se sorprendería la gente de la posición de la Iglesia (de la verdadera posición de la Iglesia) al respecto de estos temas. Ella interviene en ellos básicamente porque está defendiendo no su terreno religioso, sino al ser humano. Lo que pasa ---y esta es la gran incomprensión del mundo de hoy--- es que ambas cosas (el terreno de su acción y el ser humano) son el mismo asunto.

Recomiendo leer este artículo (aquí).

Finalmente, doy por zanjado aquí este debate, no porque recorte la libertad de expresión de nadie, sino básicamente porque este es un blog, no un foro, y porque es mío y yo lo manejo, y porque en este momento de mi vida no tengo tiempo para responder comentarios que exigen más tiempo de lo habitual (normalmente no me toma más de 2 minutos responder los comentarios de siempre, pero este es un debate, y eso toma más tiempo).

No se entienda aquello de "no tengo tiempo para andar respondiendo..." como un desafío o una queja de engreído; sencillamente describo lo que me pasa, que, además, lamento.

Esperaré una intervención más de Anónimo 2, luego a mi vez haré un comentario más y se cerrará el debate. Si Anónimo 2 quiere seguirlo, lo invito a escribirme por privado para ver si podemos hablar por Skype un día o por teléfono. Si está en Lima, coordinemos para un café. Lamentablemente no podremos seguirlo por correo electrónico ni por algún otro medio escrito.

Saludos.

Anónimo dijo...

1. La Iglesia. Yo no soy católico. Para mí la Iglesia es una corporación. Reconozco y respeto que para otros la Iglesia sea más que eso. Pero, para mí no lo es -al menos no en el contexto de lo que estamos discutiendo.

Por favor, que nadie aquí vaya a tomar mi uso del término en un sentido peyorativo. Lo uso en un sentido estrictamente sociológico y legal.

Una corporación es un conjunto de individuos que actúan como uno. Visto así no veo cuál es el problema de hablar de la Iglesia en términos de una entidad con una posición.

No niego pues que existan católicos con posiciones individuales que sean variaciones, más o menos distantes, de la posición oficial de la Iglesia. Pero, la posición oficial existe. La Iglesia actúa de acuerdo a ella. La imponen sobre sus miembros e, incluso, en algunos casos aspira a imponerla sobre quienes no lo son. De hecho, una parte importante de la Iglesia son los medios y mecanismo mismos que utiliza para imponer su posición –e.g., Tribunal del Santo Oficio.

2. Aborto. Repito, no soy católico. Difícilmente puede ver el aborto con los ojos de un católico. Sin embargo, reconozco y respeto, la posición de los católicos con respecto al aborto. De hecho, me rompo la cabeza por tratar de entenderla. Lejos estoy de pensar que son unos necios por no pensar como yo. La Fe no es necedad.

No obstante, difícilmente puede ser cierto que, y cito, “la imposición que le [atribuyo a la Iglesia] es sólo verdadera en la medida en que los individuos que se autodefinen como Iglesia la aceptan o no”. Es un hecho que la Iglesia, en tanto corporación, actúa para imponer su posición de manera concreta, oponiéndose por ejemplo a que el Estado despenalice el aborto o promoviendo que lo penalice. Demás esta decir que en el Perú no sólo los católicos, sino más bien todos los peruanos estamos sujetos al Estado. Es pues una imposición. Tan simple como eso. Gracias, en gran medida a la Iglesia, en el Perú quien comete un aborto se puede ir a la cárcel -independientemente de que sea católico o no.

3. Más sobre el aborto. No excluyo a los que creen que un embrión es una persona. De ninguna manera podría excluirlos o, incluso, permitir que los excluyan. Soy el primero que defendería a un católico en el caso que alguien lo obligara a cometer un aborto o, incluso, en caso que alguien le prohibiera manifestar su oposición al aborto.

La penalización del aborto, sin embargo, es algo muy distinto. Desde el momento en que existe un número importante de personas que no consideran que el aborto es un asesinato, la penalización del aborto es una imposición, como lo es la penalización de todos los casos “color hormiga” que mencioné en un mensaje anterior.

No es que un embrión no este vivo. Que no se me mal entinda. Pero, ¿es una persona?. Para algunas personas, incluso sociedades, incluso tradiciones, no lo es.

Se podría decir incluso que la defensa de la penalización del aborto atenta contra la Fe de la Iglesia en sí misma. Si es dueña de la verdad revelada, por qué no convencer, en lugar de imponer (y, sobretodo, en lugar de imponer A TRAVES del Estado).

4. Dignidad Humana. Por las razones expuestas, el aborto no atenta necesariamente contra la dignidad humana. Depende de conceptos cultural e históricamente muy particulares acerca de lo que es una persona y lo que no y, consecuentemente, acerca de lo que constituye dignidad y lo que no. La penalización del aborto, sin embargo, sí atenta contra la dignidad de todos nosotros porque impone la visión de unos sobre la de los demás. La Iglesia debería ser la primera interesada en respetar la dignidad humana presupuesta en el hecho que diferentes ser humanos ven el mundo de diferentes maneras, incluso de maneras que van en contra de la Iglesia misma o sus preceptos, y no obstante son seress humanos que tienen la capacidad de dialogar como lo estamos haciendo aquí.

5. Libertad de Expresión. ¡Faltaba más! Gracias a tu apertura al diálogo, hoy tengo una mejor opinión de los católicos.

Y no es que seas el único. Efectivamente, hay muchos que no sólo no tienen miedo, sino que además están dispuestos a dialogar y promueven el diálogo. En mi modesta opinión, al hacerlo honran de mucho mejor manera el saberse a sí mismos poseedores de la verdad (yo diría “su” verdad).

Saludos,

Anónimo dijo...

Addendum.

No es que un embrión no este vivo. Que no se me mal entienda. Pero, ¿es una persona?. Para algunas personas, incluso sociedades, incluso tradiciones, no lo es.

O, vamonos, al otro extremo. ¿Por qué no considerar a todos los seres vivos, y no sólo a los embriones, como personas?. Para algunas personas, incluso sociedades, incluso tradiciones, incluso religiones, todos los seres vivos son en cierto sentido "personas". Quienes se ubican en ese extremo, enfrentan este "hecho" creativamente de diferentes maneras -e.g., son vegetarianos. Pero, de allí a penalizar a través del Estado el no ser vegetariano. Sería un poco absurdo, ¿no?.

Kike dijo...

Hola, Anónimo 2:

Pues bien, expuesta tu posición, reconocida ---por lo menos por mí--- como tuya y existente, doy por terminado el debate. Considero innecesario decirte que pienso muy diferente de ti, tanto en el punto de la verdad como en el punto de la definición de persona, de los alcances del concepto de dignidad humana y tal vez incluso hasta sobre el alcance de las funciones del Estado (sobre eso no me termino de definir, je, je...).

De todos modos, un fuerte abrazo y gracias por tus palabras. Salud.

Roncuaz dijo...

Interesante discusión, inteligente y caritativa por ambas partes... es raro encontrar un debate que termine cordialmente y sin solución como deben terminar los debates en cosas que afectan nuestra vida entera. Saludos y que el Dios de Kike o la Casualidad anónima les conserven el ingenio... por lo pronto de acuerdo a una vieja tradición católica sigo creyendo que donde hay caridad está Dios... aunque no creamos en Él (no te vayas a molestar por favor anónimo, no quiero imponerte la entrada al club católico ni hacerte un carnet de "cristiano anónimo" valga la redundancia sólo expreso lo que pienso y siento). Sobre lo de Cuerpo, pues tienes razón, así se ve desde fuera... pero y basta, no alargaré el debate.
Saludos a todos por este barrio siempre fuera de bromas...

Anónimo dijo...

Roncuaz,

Hace muchos años conocí un sacerdote que trabajaba con presos -algunos de ellos, senderistas y emerretistas presos por terrorismo. Un día le preguntó a unos senderistas -con quienes había hecho amistad- si llegado el final de su revolución lo matarían también a él, que era su amigo. Los senderistas le respondieron que sí, que sí lo matarían, pero que lo harían con una bala de plata.

El diálogo no necesariamente resulta en soluciones inmediatas -con un parte adoptando la "verdad" de la otra. Es, sin embargo, el único camino para acercarnos unos a otros, y es irrenunciable, aún en los casos en que los primeros acercamientos terminan con promesas de balas de plata. El sacerdote no se molestó. Mal haría yo en molestarme porque me digas que crees que Dios habita en mí.

Saludos... y espero que Kike no se moleste... no creo que estar continuando el debate...

Kike dijo...

No, Kike no se molestó, porque efectivamente, no has continuado el debate.

Kike, aprovecha para decir que, por su parte, nuevamente discrepa. Kike cree que un debate es más rico cuando una de las dos partes sale convencida de la posición de la otra. Kike mismo ha terminado varios debates aceptando la posición contraria cuando creyó que era digna de crédito o de fe.

Hay casos en los que no, y entonces habrá que buscar el valor del debate en otras cosas, como en un más profundo conocimiento de la parte contraria o, simplemente, en el gozo de saber que aún existe gente capaz de presentar argumentos y no puyas, luces de la razón y no fuegos artificiales, que es capaz de sentarse a trabajar en una partida difícil en vez de patear el tablero, y que luego termina dándole un apretón de manos al contendor. No lo sé, particularmente Kike ha hecho más de un amigo así, amigos a los que, por cierto, no pierde la esperanza algún día de convencer de sus propios argumentos (si lo merecen, claro); si no, ¿de qué debate estaríamos hablando?

Salud y... nada, pues, lo dejo ahí.

Roncuaz dijo...

Con lo graciosa que había sido la historia de Chicho mira el debate que generó... salúdamelo con mucho cariño y no hables en tercera persona que pareces loco... jejejeje

Kike dijo...

Pues Kike te lo agradece mucho... No, no, esta vez me refiero a mi viejo, que ya sabes que se llama igual que yo, je, je... (la locura no me da pa' tanto).

Se alegró y te agradece. Y yo también. Salú.

Anónimo dijo...

Kike, mi muy estimado, ésto (1) se debe, al menos en parte, a diferencias de objetivos. Tu objetivo es salvar al prójimo. El mío, más modesto por cierto, es simplemente comprenderlo. O, si se quiere, para mí la salvación, aquí ahora, es imposible sin la mútua comprensión, que nace precisamente de la inclusión y del debate. Deduzco, por lo expuesto, que estas de acuerdo conmigo.

Que aquí hay espíritu de inclusión y debate quedó claro hace varios mensajes. Eso es bueno.

Roncuaz, Voy a visitar tu página.

Saludos,

Notas:
(1) "Kike, aprovecha para decir que, por su parte, nuevamente discrepa. Kike cree que un debate es más rico cuando una de las dos partes sale convencida de la posición de la otra. Kike mismo ha terminado varios debates aceptando la posición contraria cuando creyó que era digna de crédito o de fe."

Kike dijo...

Estimado Anónimo 2:

Como bien dices, estoy de acuerdo. Y también comulgo con tu objetivo. Digamos que tengo los dos objetivos.

Chao, saludos biobjetivos.