domingo, 23 de julio de 2006

De olivares, olivos y calvarios

Por aquí existe la costumbre de que la novia o los esposos vayan a tomarse fotos a un lugar en San Isidro llamado El Olivar. Es un parque lindo que tiene ---obvio--- olivos, así como... hmmm... Esteee... Bueno, yo de plantas no sé mucho, ¿vio? Ejem, pero aquí les pongo una fotito para que se den una idea (y si alguien reconoce algún tipo de planta, aproveche para enseñarme). También hay un estanque con pececitos, banquitas... No sé cómo describirlo. La cosa es que es muy bonito y lo típico es ir a tomarse fotos ahí, fotos artísticas y de esas. El otro día conté que me tocó ser chofer de la novia de un amigo que se casaba. Pues bien, ese día, otro amigo, M., estaba encargado de tomar las fotos. Así que después de la ceremonia, ambos trepamos a los neoesposos en el auto, y nos largamos a El Olivar en un tris: ya los invitados a la recepción estaban llamando y decían que a qué hora llegábamos porque se morían de hambre... je, je...

Creo que M. nunca en su vida había tomado fotos artísticas, pero ese día se inspiró y tomos unas preciosas. Fue cosa para no perdérsela. Creo que Dios le dio una ayudita. Y, bueno, un fotógrafo profesional también... Es que en un momento se nos acercó uno:

---Buenas tardes, señores. Soy fotógrafo profesional, aquí pueden ver copias de mi trabajo. ¿Desean que les tome las fotos?

M. se acercó con cautela y, de lejitos, nomás, miraba las muestras del fotógrafo.

---¿Cuánto cobra? ---preguntó R.

---[Aquí el fotógrafo musitó una cantidad exorbitante].

---No, muchas gracias ---dijo R. con una sonrisa. El fotógrafo agradeció la atención prestada y se fue.

Y M. sonrió con un guiño:

---¡Ya vi cómo se hace!

¡Ja, ja, ja! M. es un buen amigo, un tipo fenomenal, y tiene una gracia que ni te cuento. Y, bueno, estábamos ahí, tomando las fotos, cuando de pronto, en medio de tantas indicaciones a los flamantes esposos, se le ocurre decir por ahí (recuerden que el parque se llama El Olivar):

---Ahora tú, R., y tú, S. [la novia], súbanse a ese montículo de ahí para tomarles la foto de abajo hacia arriba. Así dirán que el estuvieron en el "monte de los olivos".

Y luego, ya mirándome a mí, añadió:

---El Monte de los Olivos, porque aquí comienza el calvario...

¡Casi me orino de la risa! ¡Fue genial! ¡Ja, ja, ja! ¡Qué tipo con chispa es M.!

Fuera de bromas, el matrimonio es cosa serísima. Más allá de fotos, tradiciones, buqués y ajuares, lo fundamental es la mutua entrega de ambos esposos... de aquí para toda la vida. Es una consagración de por vida, para dar frutos de amor concreto, los hijos, y llegar todos juntos al Cielo. Esa es la idea, al menos.

6 comentarios:

Marazul dijo...

Sip, olivos es lo que abunda en el olivar (Olea europea, en científico) si el matri fue en Junio entonces pudiste fijarte en las aceitunas maduritas que abundaban en los árboles, aunque imagino que estabas ocupado con tu función de fercho.
Estoy de acuerdo, el matrimonio es cosa seria...

Kike dijo...

Pues, en realidad, el matri fue en julio. Y tienes razón, de aceitunas, pues ni me fijé. Y, te digo, con lo apuradísimos que estábamos para llegar a la recepción, que ya los invitados se estaban quejando... je, je...

Anónimo dijo...

Mara, el olivar tiene como 500 años pero no habia nada de aceitunas, esos arboles solo guardan el recuerdo de muchos amores y promesas, por ahora esa es su funcion... Buen lugar para renovarlas. M.

Kike dijo...

Pues ya me confundí todito, je. ¿En qué quedamos: hay o no aceitunas ahí?

(Y, de paso, ¿quién es "M."?).

Marazul dijo...

jajaja!! recien veo ese comentario anónimo, pues te confirmo que en Julio los olivos estuvieron cargaditos, yo misma coseché aceitunas, de las pocas que dejaron a la mano los cosechadores que se llevaron canastas repletas.
Tal vez este año lo puedas ver con tus propios ojos

Kike dijo...

¡Vaya, veo que ya puede hacer comentarios de nuevo! Bienvenida. Espero verla por casa más seguido.

Y no sabía que se podían cosechar aceitunitas en El Olviar. ¿Clandestinamente? En fin, ya Dios dirá si me aparezco por ahí, ¡ja, ja, ja!